Tras largas semanas de espera, Donald Trump y Kim Jong-un ya se han reunido. Y el resultado "ha ido mejor de lo que nadie podía pensar", como indicó el mandatario estadounidense al término del encuentro.
Trump y Kim llegaban al hotel Capella en la isla de Sentosa (Singapur) con ganas de demostrar al mundo las buenas intenciones de Estados Unidos y Corea del Norte. La escenografía era acorde a la magnitud de la reunión. Banderas de ambos países aguardaban a los dos líderes, que aparecieron desde los dos lados de la sala para unirse finalmente en un apretón de manos de doce segundos, pero que se hizo eterno para la expedición norcoreana y estadounidense.
Días antes, el presidente de EEUU había asegurado que le bastaría un minuto para conocer las intenciones de su otrora rival. Parece que quedó satisfecho, pues rápidamente relajó la postura y se dirigió con Kim con paso firme a la habitación donde se reunieron en privado. "Me siento muy bien", comentaba mientras. "Vamos a tener un gran diálogo y creo, un tremendo éxito; tendremos una relación magnífica, no me cabe duda".
Por su parte, Kim Jong-un, visiblemente más nervioso, subrayó en la sala de reuniones, antes de que se cerraran las puertas, que "los viejos prejuicios y prácticas actuaron como grilletes que nos impedían movernos, pero los hemos superado y aquí estamos hoy". "Doy fe que este encuentro es un buen preludio para la paz", sentenció.
"Nos vamos a reunir de nuevo, muchas veces"
La reunión privada entre los dos dirigentes duró 45 minutos, suficientes para firmar una declaración que provocará "un cambio tremendo" en el mundo. La declaración se dará a conocer las próximas horas, junto con una rueda de prensa de Trump en la que explicará los términos de la misma.
De momento, el dirigente estadounidense ha anticipado que dicha declaración es "muy extensiva" y con "muy buena voluntad". Sobre su relación con Kim, fue tajante: "Nos vamos a reunir de nuevo, muchas veces. Es un hombre de mucho talento, también me he dado cuenta de que ama mucho a su país". Preguntado por si le invitaría a la Casa Blanca, Trump contestó: "Absolutamente, lo haré".
El líder norcoreano fue menos efusivo, pero también valoró positivamente el encuentro: "Vamos a firmar un acuerdo histórico. El mundo va a ver un cambio tremendo. Doy las gracias al presidente Trump por haber hecho posible este encuentro".
Tras el encuentro a solas, comenzó la reunión entre las delegaciones para tratar varios asuntos, entre ellos el desarme nuclear de Corea del Norte. Al respecto, Trump se mostró confiado en resolver "el gran problema, el gran dilema que hasta ahora no se ha podido resolver". De nuevo, Kim fue más sobrio en su respuesta, pero manifestó la intención de su equipo diplomático de negociar sobre "asuntos importantes".
