La pesadilla de Valeria comenzó con la desaparición de su hermana, Diana Quer, en 2016. La larga búsqueda y el trágico desenlace han hecho mella en ella y en toda su familia. Hace ya más de dos años desde que se perdió el rastro de Diana, y el pasado martes 'El Chicle', el asesino confeso de su hermana, declaró por primera vez.
Durante el juicio, Juan Carlos Quer se permitió definir el horror por el que había pasado y seguía pasando su familia: "El asesinato de mi hija ha generado cuatro víctimas (Diana, su madre, su padre y su hermana, Valeria). Le puedo asegurar que el impacto de la desaparición durante 500 días de un ser querido, de una hija, es demoledor. Dejas de trabajar, dejas de vivir, vegetas".Se refirió especialmente a Valeria: "Para mi hija Valeria, que cuando desapareció su hermana tenía 16 años, una etapa vulnerable, los efectos fueron demoledores. La niña tuvo que dejar sus estudios. Era su compañera de vida y de juegos y de todo".
Valeria, destrozada, pero unida a su padre
Después de que Diana desapareciera y la custodia de su madre fuera retirada, Valeria se marchó a vivir con su progenitor, que decidió llevarla al psicólogo: "El dolor emocional era tan brutal que un día cogió un mechero y se hizo 15 quemaduras en el brazo sin hacer un gesto de dolor, simplemente para sacarse el dolor tan brutal que tenía por la desaparición de su hermana". El tono con el que Juan Carlos lo recuerda conmovería a cualquiera, ya que está a punto de desmoronarse. La propia Valeria, tan joven ahora y más aun entonces, cuando solo tenía 16 años, fue la que avisó a sus padres de que Diana no había vuelto a casa. También fue la primera en llamar a todos los amigos de su hermana para intentar localizarla, aunque resultó en vano.
Según Juan Carlos, la situación provocó que Valeria perdiera la capacidad de concentración, que tuviera crisis de ansiedad y que se viera incapaz de centrarse en sus estudios. Tuvieron que ingresarla en un hospital de salud mental, en el que estuvo tres meses.
La vida de Valeria
Ahora, Valeria Quer vive sola en Las Rozas, con sus dos perros. Está en un curso relacionado con la cosmética y el maquillaje y hace lo mismo que las personas de su edad: sale de fiesta, hace deporte, pasa tiempo con sus amigos... Valeria, además, adora los tatuajes. Tiene uno que representa el rostro de Diana, a la que ha querido convertir en icono de la lucha feminista.
Valeria es una joven que se ha visto expuesta mientras vivía una desgracia, y a la que todavía hoy persiguen los medios. Suele expresarse en redes, y ahora está sumida en una guerra frente a su madre, que ha pedido su ingreso en un centro de desintoxicación.
