Aún recuerdo mis días en aquel colegio religioso por el que paseé hasta terminar Bachillerato. La pubertad es muy mala y más si eres maricón y estudias en un ambiente que no aboga precisamente por la diversidad. Bien es cierto que no lo pasé realmente mal ya que estar en el armario daba cierta seguridad por aquel entonces, aunque algunos detalles se quedan marcados en lo más profundo.
Uno de esos detalles tuvo lugar en la clase de religión de segundo de bachillerato impartida por una religiosa que a la vez era directora del centro. Por alguna razón surgió el tema de la homosexualidad y la mujerona, ni corta ni perezosa, sintiéndose la más misericordiosa de los mortales, soltó que "hay que compadecerse de los padres que tienen hijos gays o lesbianas porque es como quien tiene hijos discapacitados, mancos o cojos".
Un colegio, una clase llena de adolescentes e inculcando homofobia. Recuerdo cómo me hirvió la cara entre la rabia y la vergüenza. Observé cómo ninguno de mis compañeros la rebatía así que no pude morderme la lengua. Al final, sin ninguno que me secundara, tuve que calmarme y callarme ante la mirada displicente de la profesora.
¿Y por qué cuento esto? Porque quizás muchos se ofendan ante la celebración de la primera procesión LGTB de España en plena Semana Santa. Porque más de uno verá un agravio el responder con banderas del arcoiris a una institución que el resto del año hace penitente a quien es diferente.
Denunciar la incitación al odio
En Semana Santa España se pone la peineta y la mantilla para sacar por sus calles imágenes y tallas que recuerdan la muerte y resurrección de Cristo. Entre saetas, nazarenos y crucifijos, la celebración trasciente lo religioso hasta alcanzar un sentido cultural y artístico único. Son días de recogimiento y penitencia, aunque a algunos miembros de la Iglesia se les olvida pedir perdón.
Eso precisamente es lo que ha querido recordar la Diversa Cofradía de la Santísima Igualdad y el Divino Respeto, que el pasado sábado 24 de marzocelebró un paso de Semana Santa dedicado al colectivo de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales para denunciar la LGTBfobia de algunos sectores de la Iglesia.
La asociación Valladolid Diversa ha sido la encargada de promover esta celebración que se paseó por el centro de la ciudad castellanoleonesa. Su objetivo era denunciar a algunos miembros de la jerarquía eclesiástica por su incitación al odio contra la personas LGTB así como pedir un trato igualitario para todas las personas.
Vestidos con capirotes arcoiris, los cofrades pusieron su granito de arena por la diversidad en plena Semana Santa. Eso sí, tal y como anunciaron no hubo símbolos religioso y burlas a la religión: "Nuestra intención ofender los sentimientos ni las creencias de nadie, sino simplemente pedir igualdad y respeto". Algo que debería aplicarse más de uno.