No es que desde el Partido Popular se pueda hablar de ninguna iniciativa relacionada con el feminismo, aunque sean temas relativos a que una mujer lidere el partido, más que nada porque hay mucha tradición patriarcal en todo el ideario y ejecución del PP. Que Rajoy dijera días atrás que volcar tanta atención en la disputa entre Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal era machista, pues si fuera entre hombres no causaría tanto revuelo, no le convierte en el líder transversal del feminismo que Albert Rivera tanto desearía ser. Pero esa bola lanzada por Rajoy, así un poco al azar, no ha sido del todo equivocada, y siento que la forma en que estamos tratando esta rivalidad, ahora en un nuevo nivel, le esté dando la razón al ex presidente del Gobierno.
En efecto, ahora tanto Santamaría como Cospedal se enfrentan por conseguir alcanzar el puesto de presidencia del Partido Popular. Pero no son ellas solas, y es que son varios los nombres que se presentan: Pablo Casado, José Manuel García Margallo, José Ramón García Hernández y José Luis Bayo. De entre todos ellos, los chistes y memes van para los más mediáticos o que más mofa causan en general: por un lado Soraya y Cospedal, y por otro, Pablo Casado.
Seis candidatos, dos nombres
Sin embargo, aunque estemos ante seis personas candidatas a la presidencia del partido, no nos dejan de hacer gracia Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal. ¿Qué contenidos tienen los memes y los mensajes que usamos para referirnos a ellas dos? Peleas de gatas, peleas en el barro, fotos de ellas sentadas con una silla en medio durante la celebración del Dos de Mayo, gifs de Lydia Lozano y María Patiño bailando, e innumerables alusiones a la estatura de Soraya. También son comunes las fotos de ambas vestidas de mantilla, vestimenta tradicional católica española, ante la paradoja que supone que quieran aportar un aire renovado al partido y a la política en general. Como si la simbología femenina católica representara de manera más certera el conservadurismo que cualquier plan político de un hombre del Partido Popular. Y es que siempre es más fácil criticar cuando una mujer hace algo más conservador y machista (ergo, relacionado con la Iglesia) que a un hombre.
Entre líderes políticos masculinos asumimos que la rivalidad es natural, incluso sana. No es algo que pensemos de manera explícita sobre las características que deba tener un buen político, sino que es un rasgo asociado a la masculinidad y al poder: para estar yo deben quitarse otros, y por supuesto que no vamos a ser amigos. Durante los 40 años de democracia que llevamos viviendo, no ha habido más que disputas entre hombres por ocupar La Moncloa. Hasta un punto en el que se faltan al respeto de manera poco cortés en sus debates electorales. Para ocupar esos puestos, previamente ha habido un proceso similar en el partido, como ocurre ahora. Sánchez y Díaz tuvieron el suyo en el PSOE hace bien poco, con Patxi López también como protagonista secundario. Ni qué decir los bandos pablistas y errejonistas de Podemos. Nos interesaba más qué riendas iban a tomar los partidos con unos candidatos u otros, que ver quién ganaba una pelea entre "enemigos íntimos".
Ya empezamos a comparar la maternidad de ambas
Pero parece que no estamos acostumbrados ni acostumbradas a que sean dos mujeres las que quieren liderar una organización. ¿Llegaremos, incluso, a hacer duelos de sus estilismos? Por ahora, El Mundo ha comparado sus vidas familiares, sus propiedades inmobiliarias y, ¡cómo no!, su relación con la maternidad: cuántos hijos tienen, cuándo los tu vieron, con quién, en qué circunstancias, y cuántos días tardaron en incorporarse al trabajo tras dar a luz.
Ni siquiera son enemigas entre ellas solamente, la poca simpatía de Margallo por Sáenz de Santamaría ya quedó clara con las declaraciones del exministro ("Haré todo lo posible para que Soraya Sáenz de Santamaría no sea portavoz del PP"). Aunque tampoco sabemos cuántos hijos tiene Margallo, ni si una representación de sus desencuentros con Santamaría sería por medio de unas gatas u otros animales. Porque las peleas entre mujeres siempre han sido mucho más morbosas e incluso cómicas, ya sabéis.
En definitiva, esta reflexión debe servir como (auto)crítica a los medios de comunicación, así como a los usuarios y usuarias de las redes sociales, y también como autocrítica, que nosotros, en Los Replicantes, también hemos hablado de los memes. No hay que ser simpatizante del Partido Popular para ver todo este trato, que en todas las ideologías se repite, desde Irene Montero, Tania Sánchez, Inés Arrimadas, Anna Gabriel, etc.