La muerte de Don Alfonso de Borbón, el hermano del Rey Juan Carlos, es uno de los episodios más oscuros de la monarquía española. Una leyenda negra que cumple 63 años. Ese disparo accidental, lejano en el tiempo, sigue siendo uno de los temas tabús, confusos y desconocidos de nuestro país.
El episodio tuvo lugar en la fatídica Semana Santa de 1956, cuando Alfonso de Borbón, de 15 años y Don Juan Carlos, de 18 años, estaban jugando en una habitación en la residencia de Villa Giralda, en Estoril. En ese momento estaban esperando la cena, por lo que se encontraban solos en cuarto mientras 'jugueteaban' con una pistola calibre 22 que les habían regalado. Poco después, se produjo la tragedia.
De repente, el padre de ambos, Don Juan de Borbón, Conde de Barcelona, entró en la habitación corriendo tras el escuchar el ruido de la detonación del revólver. Allí, encontró a 'Alfonsito', como le gustaba llamarlo en privado, tirado en el suelo junto a un charco de sangre. Según cuentan las fuentes de la época, el padre recogió el cuerpo de su hijo sin vida y lo envolvió en una bandera española e 'ipso facto' se dirigió a Juan Carlos para decirle "júrame que no lo hiciste a propósito". Aunque, realmente poco se sabe lo que ocurrió realmente, ya que el único testigo fue el propio Rey Emérito.
Sin investigación oficial y silencio
La realidad es que ese terrible y trágico suceso en la historia de la Familia Real también fue víctima del oscurantismo. Se obvió una investigación oficial sobre ello, la prensa lo silenció y Don Juan Carlos no quiso hablar de ello. La leyenda negra y maldición que pesaba encima de los Borbones solo hizo acrecentar los rumores sobre lo ocurrido en aquel cuarto entre los dos hermanos. El oscurantismo, anteriormente mencionado, también llegó a los medios portugueses que apenas nombraron tan semejante suceso.
El comunicado oficial fue escueto en aquella época. En él expresaba que ambos hermanos se encontraban "limpiando una pistola de salón" y que "se disparó, alcanzándolo -en referencia a Alfonso- en la región frontal, falleciendo a los pocos minutos". Además, fecha el fatídico accidente "a las 20:30 horas al regresar de los oficios de Jueves Santo, donde había recibido la sagrada comunión". Como se puede comprobar, el escrito, en ningún momento menciona a la responsabilidad del disparo.
El silencio por parte de la Familia Real del hecho de que Don Juan Carlos fue el ejecutor de ese accidental es muy simbólico. Don Jaime de Borbón, el tío de Alfonso y Juan Carlos, expresó en unas de sus cartas le habían confirmado que fue su sobrino "Juan Carlos quien mató accidentalmente a su hermano Alfonso", escribía a Ramón, su secretario. Incluso, Bernardo Arnoso, un amigo íntimo de Juan de Borbón, explicó que el Rey Emérito le confesó, unos años después del suceso, que él había apuntado a su hermano pensando que no estaba cargada y apretó el gatillo.
Don Juan Carlos 'exiliado' a España
Alfonso de Borbón fue enterrado con la más estricta intimidad en Estoril. Se dice que varios miembros de la Casa Real llevaron bolsas de tierra recogidas de España para ponerlas en su tumba. Allí permaneció hasta 1992, cuando se trasladaron los restos de Alfonso al panteón familiar en Madrid.
Los rumores sobre lo que sucedió y sus consecuencias siguen llegando hasta la actualidad. Mientras, después del suceso, Don Juan Carlos fue enviado a España para que continuara con su formación bajo el paraguas de Franco. Y, finalmente, terminó siendo nombrado Rey de España en plena Transición.
El accidente y la posterior muerte de su hermano, según explican los más entendidos en la Casa Real, marcó el carácter solitario de Don Juan Carlos de por vida. La última vez que el Rey Emérito habló sobre su hermano fue en 2015 en el documental 'Yo, Juan Carlos I, Rey de España', de Miguel Courtois, donde explicaba que le echaba mucho de menos.