La disfunción orgásmica es un problema que puede ocasionar conflictos en una pareja, ya que hace que impide que las relaciones sexuales se disfruten plenamente.
Esta disfunción se presenta en mujeres que son incapaces de alcanzar el orgasmo o tienen muchas dificultades para llegar a él a pesar de estar muy excitadas. Por ello, las personas que lo padecen suelen tener menos deseo sexual y mantienen relaciones sexuales con menor frecuencia.
El largo camino hasta el orgasmo
Según afirman los expertos, entre el 10 y el 15% de las mujeres jamás han tenido un orgasmo y del resto, la mitad no están satisfechas con la frecuencia que experimentan esta sensación.
Y es que alcanzarlo no es tan fácil como parece. Para ello, es imprescindible que el cuerpo y la mente trabajen al unísono. Coordinar ambas cosas es una tarea bastante complicada y es uno de los motivos por los que hay personas que no llegan a tener un orgasmo.
Cuando esto sucede, los motivos pueden ser diversos: desde una mera distracción hasta antecedentes de abuso sexual o violación. De hecho, estos dos son algunos de los más comunes, junto con el aburrimiento en las actividades sexuales, fatiga, estrés o depresión, falta de conocimiento sobre la función sexual, actitudes negativas hacia el sexo, timidez de pedir cualquier tipo de estimulación a la pareja, y problemas con la pareja.
No obstante, también puede estar relacionado con problemas médicos como como algunos fármacos que se utilizan para tratar la depresión, desórdenes hormonales como la menopausia, algunas enfermedades crónicas, el dolor pélvico crónico, la sequedad vaginal, daños en los nervios o espasmos en los músculos que rodean la vagina.
Cómo disfrutar de una relación sexual más placentera
Para disfrutar de tus relaciones plenamente es fundamental mantener una actitud saludable con el sexo, así como una buena educación sobre la estimulación y la respuesta sexual. También es bastante importante comunicar tus necesidades, ya sea de forma verbal o no verbal.
Igualmente se recomienda practicar ejercicios de Kegel con el fin de contraer y relajar los músculos pélvicos, así como tener una vida saludable en lo que respecta a alimentación y descanso.
Por supuesto, no se puede olvidar que existen otras prácticas sexuales más allá del coito. Concentrarse en estas también ayudan a combatir la disfunción orgásmica.
No obstante, no olvides que el primer paso para hacer frente a este problema es acudir al médico con el fin de que este identifique su raíz y proponga una posible solución. Persiste en esta solución si los consejos no te sirven o experimentas otros problemas como falta de interés o dolor durante el coito.