Los empresarios del ocio nocturno siguen muy de cerca los pasos de las discotecas chinas en la vuelta a la normalidad que empieza a vivir el país asiático durante las últimas semanas. No hay que olvidar que China ha vuelto a abrir de manera gradual, incluyendo la región de Hubei, desde el pasado 25 de marzo, con la excepción de Wuhan.
El sector de la noche ve con optimismo cómo se está desarrollando la situación en China y considera que todo lo que suceda allí representa la hoja de ruta que, previsiblemente, ejecutará todo el sector en España.
Los pubs chinos llevan tres semanas implementando todo tipo de medidas. Estas serán la base del escrito que la Federación Nacional de Empresarios de Ocio y Espectáculos presentará ante las autroidades durante los próximos días.
En el borrador, los dueños de las salas de fiestas plantean algunas medidas que permitirían, en teoría, contener la propagación del coronavirus con la persiana subida. Entre ellas, se encuentra la toma de temperatura antes de acceder a la sala, la obligatoriedad de llevar mascarilla, el uso de geles hidroalcohólicos y guantes, el pago con tarjeta o una nueva gestión de las colas en el exterior de las salas.
Los empresarios son conscientes de la importancia de la pandemia, pero también piden reabrir en cuanto sea posible, ya que el impacto negativo sobre todo el sector ronda los 250 millones de euros en pérdidas solo en Madrid.
No solo medidas: el reto de encontrar gente dispuesta a salir de fiesta
Pero las medidas no son lo único que preocupa a los empresarios de la noche. Lo más importante es la pérdida de clientes que se prevé en los meses posteriores a la desactivación del estado de alarma. ¿Cuánta gente estaría dispuesta a salir a un sitio cerrado, donde hay una concentración de personas, con el coronavirus circulando?
En este sentido, el sector se encuentra elaborando medidas con el objetivo de impulsar la asistencia, a pesar de que son conscientes de que esa reducción se unirá a la drástica bajada de aforos que se prevé en las salas.
Con el uso de las mascarillas, aforos reducidos y el control del patógeno, los empresarios de la noche confían en que un número importante de personas decidan salir de sus casas. Al menos, el necesario para poder subsistir y no llevar a un cierre generalizado de discotecas.