Muchas personas, ya sea por simple pereza o desconocimiento, pueden abandonar su cargador en el enchufe cuando han terminado de cargar su teléfono móvil. Por este motivo, es habitual que este dispositivo se quede abandonado, a pesar de que no continúa cumpliendo su función.
El riesgo, sin embargo, se encuentra a final de mes. Las temidas facturas llegan y nos alertan con gastos imprevistos, correspondientes a dispositivos que suponen costes que no habíamos calculado. Algunos electrodomésticos imponen gastos añadidos a la factura de la luz que pueden asfixiar especialmente la factura final y nuestro sueldo.
El teléfono móvil puede suponer un gasto extra. Por ejemplo, muchas personas aprovechan la noche para cargar su teléfono, puesto que no van a emplear su terminal durante estas hora.s Sin embargo, este momento no es el ideal, ya que incrementa el gasto destinado a esta tarea en un 10% anual, según la estimación realizada por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
En todo caso, la mayoría de los cargadores actuales son inteligentes y desconectan la carga en el momento en el que se considera que el terminal terminado el proceso para restaurar su batería al completo. Sin embargo, conviene evitar este proceso durante el horario nocturno.
Mantener el cargador enchufado
Si se mantiene el cargador del teléfono móvil continuamente enchufado, aunque no se tenga intención de cargar el teléfono móvil, hay que tener evidencia de que no se trata de una práctica recomendable, ya que supone un gasto en nuestra factura de La Luz y, además, no supone una práctica responsable con el planeta.
Mantener el cargador enchufado a la red de forma continua supone un consumo de 0,00002 kWh, por lo que de media pasará 16 horas conectadas, restando las 8 que pasamos con el teléfono cargando. De esta forma, estaremos gastando una media de 0,12 euros anuales.
En realidad, si comprobamos, el gasto no supone una fortuna, pero sí permitirá un pequeño ahorro y, sobre todo, un cuidado en el planeta.