El Gobierno danés pretende habilitar en un centro en Lindholm, una isla deshabitada unida con el continente por dos ferris, para recluir a inmigrantes ilegales pendientes de expulsión. Esta medida se incluye en el nuevo plan de inmigración, el cual, por supuesto ha generado controversia.
Este proyecto, incluido en los presupuestos acordados entre el Gobierno liberal-conservador y el ultraderechista Partido Popular Danés (DF), afectará a peticionarios con solicitud de asilo rechazada que no puedan ser devueltos a su país o que hayan cometido delitos.
Dinamarca ya contaba desde 2016 con un centro en la localidad de Kærshovedgård, para extranjeros pendientes de expulsión, sin embargo, ante las informaciones que ha dado la prensa sobre los problemas de delincuencia supuestamente generados en la zona por los internos, el Gobierno ha decidido trasladar ahora a los que comentan algún delito a una isla apartada del continente.
Un controvertido vídeo en Twitter
El DF ha celebrado la medida a través de sus redes sociales, en las que han colgado un vídeo acompañado de la frase: "Expulsados: los extranjeros criminales no tienen nada que hacer en Dinamarca". En el corto animado podemos ver a un hombre de piel oscura que es enviado en barco a un islote mientras resuenan gaviotas. Muchos daneses lo han considerado racista.
Udviste, kriminelle udlændinge har INTET at gøre i Danmark. Indtil vi kan komme af med dem, flytter vi dem nu ud på øen Lindholm i Stege Bugt, hvor de vil have pligt til at opholde sig på det nye udrejsecenter om natten. Og der vil være politi til stede døgnet rundt. Sådan!#dkpolpic.twitter.com/YybG4zkwQi
— Dansk Folkeparti (@DanskDf1995) 30 de noviembre de 2018
"Hasta que podamos deshacernos de ellos, los trasladaremos a la isla de Lindholm, en la bahía de Stege, donde se verán obligados a permanecer en el nuevo centro de salida por la noche. Y habrá policías presentes las 24 horas del día".
Aumentar las vueltas a sus países
La iniciativa ha traído más críticas, entre otros, desde el Instituto de Derechos Humanos, que la ha considerado "al borde de la legalidad". "Es una mala idea, simplemente traslada el problema de un lugar del país a otro", ha declarado Mikael Smed, alcalde socialdemócrata de Vordingborg (municipio al que pertenece la isla), mientras Politiken, principal diario danés, habla de "derrota" y de "condenar al infortunio" a un grupo de personas.
El paquete anti-inmigración incluye más medidas destinadas a conseguir que más refugiados vuelvan a sus países de origen, como dificultar "hasta el límite de los compromisos fijados por las convenciones" la prolongación de permisos de residencia y la reducción de las ayudas económicas.