António Costa ha presentado su dimisión como primer ministro de Portugal. Su decisión se ha producido después de haber sido vinculado en un escándalo de presuntos tratos de favor a empresas relacionadas con el hidrógeno verde y dos minas de litio contra él y dos miembros de su Gabinete, por presunta corrupción y tráfico de influencias.
Costa, que ostentaba el cargo como primer ministro desde 2015, ha explicado en su renuncia que abandona con la "conciencia tranquila" y vincula en todo momento su salida a la investigación abierta en estos momentos en su contra en el marco de esta causa.
La investigación ha estallado esta mañana, cuando se ha detenido a dos personas próximas al primer ministro por irregularidades en la concesión de contratos. Se trata de Vítor Escária, jefe de gabinete y el empresario Diogo Lacerda, amigo.
Después, la Fiscalía ha emitido un comunicado para anunciar que Costa está implicado en esta causa por su papel en el impulso de los negocios relacionados con la transición energética. Con el estallido de este escándalo, Antonio Costa ha cancelado todos los actos previstos y se ha reunido con el presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, en una crisis institucional, que finalmente se ha saldado con su dimisión.
La oposición se pronuncia
El Partido Social Demócrata, de centro derecha, que encabeza la oposición, ha reunido a su comisión permanente de urgencia para analizar la situación. Por su parte, la formación Iniciativa Liberal ha reclamado disolver la Asamblea y la celebración de nuevas elecciones en el país.