Hace exactamente diez años que sucedió en España una de las mayores tragedias de las últimas décadas. El vuelo JK-5022 de Spanair, poco antes de conseguir despegar del aeropuerto de Barajas rumbo a Las Palmas, se estrelló. Ciento cincuenta y cuatro personas fallecieron dentro del avión, y tan solo dieciocho consiguieron salir con vida; pese a que no habían casi levantado el vuelo cuando sucedió, al caer el avión explotó causando la tragedia.
Teresa, la madre de una de las víctimas, ha hablado con el diario Público para contar cómo vivió ese día, que jamás se borrará de su mente. "No tenía que haber salido ese avión, porque estaba averiado", comienza la mujer. Efectivamente, el vuelo había dado problemas desde el primer momento; el avión tenía previsto despegar a las 13 horas, pero el comandante avisó de que el avión tenía una avería, y tuvieron que repararla. A las 14:45 horas, todo parecía solucionado y el avión ingresó en la pista para despegar.
Pero nunca llegó a hacerlo. El avión comenzó a despegar, giró a la derecha y fue totalmente incapaz de mantener la velocidad, con lo cual acabó estrellándose contra la pista. El piloto, al parecer y según informó la compañía, había intentado y cancelado previamente la salida, puesto que había un sensor que señalaba que la temperatura era excesiva. Posteriormente se supo que el accidente había sido provocado por una cadena de errores, tanto humanos como técnicos, pero no se averiguó la verdadera responsabilidad puesto que se atribuyó directamente a la actuación errónea de los pilotos, que fallecieron en el accidente. Hace algo más de un mes, se abrió una Comisión de Investigación sobre este accidente para desentrañar qué sucedió en realidad.
No ha habido justicia para las víctimas
En ese avión volaba Mercedes Martínez Conde, de treinta y cuatro años, hija de Teresa, que ha concedido una entrevista al medio anteriormente citado. Junto a ella viajaba su marido, Juan Muariana López, y su hija Mercedes, de seis años. Mercedes había aprobado una oposición para ser docente y su marido decidió que era buena idea viajar a Las Palmas para celebrarlo. Todo debería haber sido felicidad para este matrimonio y su hija que, al parecer, rebosaba ilusión por viajar en avión por primera vez. Pero no fue así, desgraciadamente.
"Cuando vimos el accidente en las noticias, llamamos a Bebes (apodo de Mercedes) y, claro, no contestaba. Llamamos a Madrid y a las horas emprendimos el viaje hacia la capital", explica Teresa. "Desde el primer momento, casi, sabíamos que nuestra familia estaba entre los fallecidos", explica Nani, la otra hija de Teresa, haciendo hincapié en que el nombre de su hermana nunca estuvo entre los fallecidos. La familia de Teresa, y la propia Teresa, continúa esperando que se sepa quiénes fueron los culpables de esta desgracia.