Hoy, uno de diciembre, se celebra el Día Mundial del Sida. Para celebrarlo, la Organización Mundial de la Salud ha decidido lanzar una campaña llamada "Derecho a la salud". Con esta, pretenden reivindicar el derecho que deberían tener todos los enfermos de tener acceso al tratamiento necesario para mantener a raya el VIH. Y es que, pese a que llevamos bastante tiempo conociendo esta enfermedad, y pese a que hay métodos para paliar sus síntomas, aún hay una cantidad enorme de personas que no tiene acceso al tratamiento y, por tanto, sigue siendo una enfermedad mortal.
A día de hoy, el VIH ha acabado con más de treinta y cinco millones de personas. Actualmente, hay treinta y seis millones y medio de personas infectadas por el VIH en todo el mundo, pero tan solo veinte de esos millones reciben tratamiento. Sin el tratamiento pertinente, la esperanza de vida de las personas afectadas se reduce notablemente.
Esta falta de medicamentos se suele dar, principalmente, en los países que se encuentran en vías de desarrollo y, por tanto, no tienen un sistema sanitario lo suficientemente fuerte. Pero es nuestra responsabilidad, la de todos, el garantizar que todos los seres humanos tengan "Derecho a la salud", como bien predica la Organización Mundial de la Salud.
Es curioso que, pese a que se ha investigado mucho el VIH y el Sida, hay quien tiene todavía mucho desconocimiento al respecto. ¿Qué es el VIH? ¿Qué le diferencia del Sida? ¿Cómo se transmite? Hoy vamos a responder a todas las preguntas que te surjan respecto al tema, para tratar de hacer de este día mundial del Sida un día de concienciación.
El VIH y el Sida no son lo mismo
Lo primero que debes saber es que el VIH y el Sida no son lo mismo y, por tanto, no se deben usar como sinónimos. VIH son las siglas de virus de la inmunodeficiencia humana que, como su propio nombre indica, es un virus que infecta todas las células del sistema inmunitario. A su paso por nuestro sistema inmune, va destruyendo o trastornando el funcionamiento de las células, haciendo que estas dejen de cumplir con su trabajo; es decir, hace que dejen de defender nuestro sistema.
No obstante, el Sida, o síndrome de inmunodeficiencia adquirida, es esa etapa del VIH en el que la infección es mucho más notable. Es en ese punto en el que aparecen una gran cantidad de infecciones, aprovechando que el sistema inmune no se encuentra lo suficientemente fuerte como para eliminarlas.
No se debe confundir el virus con su etapa final. Porque una persona que sufre VIH podría no llegar a tener Sida nunca, siempre y cuando siga el tratamiento establecido. De ahí que sea tan importante que la mayor cantidad posible de personas afectadas tengan acceso al tratamiento; porque el Sida es imposible de tratar, mientras que el VIH puede ir tratándose durante años.
Si una persona no se trata, desde que se contagie del VIH hasta que aparezcan los primeros síntomas del Sida pasarán entre cinco y diez años, aunque este periodo puede llegar a acortarse mucho.
La transmisión: sexual y sanguínea
Ha habido siempre muchas dudas respecto a cómo se transmitía el VIH, mucho temor. Es lógico que lo que no conozcamos nos cause respeto, o incluso miedo, pero para eso hacemos esto: para conocerlo todo sobre la enfermedad y, de esta forma, saber qué es lo que podemos hacer para evitarla sin caer en alarmismos innecesarios.
El VIH se transmite, sobre todo, a través de las relaciones sexuales, ya sean estas vaginales, anales o a través de la boca. No es solo a través del coito, sino que realizando una felación, por ejemplo, también puede haber contagio. Por eso es importante usar preservativo siempre que no se conozca lo suficiente a la persona con la que se están manteniendo relaciones.
Además, se puede contagiar si se comparten agujas, jeringas o cualquier tipo de material usado en las operaciones. Si alguna vez piensas hacerte un tatuaje, o un piercing, por ejemplo, procura que el material que usen contigo esté totalmente esterilizado; en el caso de las agujas, deben ser siempre nuevas.
En el caso de las mujeres que padecen VIH, podrían llegar a transmitírselo a sus hijos a través del embarazo, o a través de la lactancia. No obstante, es importante señalar que el porcentaje de transmisión no es el cien por cien, y que el hecho de padecer VIH no implica que, necesariamente, no puedas ser madre. Lo mejor es hablarlo con un profesional, que será el que mejor aconseje en este aspecto.
Hay medicamentos capaces de mantener a raya el Sida
La medicación es de vital importancia en el tratamiento del VIH. Con los antirretrovíricos, que son los medicamentos específicos para tratar infecciones como el VIH, se puede conseguir que el Sida se retrase mucho más, e incluso llegue a no aparecer.
La calidad de vida de las personas con VIH es muchísimo mejor si toma medicamentos, por eso es tan importante la campaña que ha lanzado la Organización Mundial de la Salud. Estos antirretrovíricos hacen que el virus se multiplique mucho más lento, y que vaya disminuyendo la llamada carga vírica. No obstante, no hay una cura como tal, por eso lo mejor es prevenir en la medida de lo posible.
Si crees que puedes haberte contagiado de VIH, es muy importante que acudas al médico a hacerte las pruebas. La primera que te harán es la de anticuerpos contra el VIH, y si ven que estos están muy activos, el resultado podría ser positivo. Pero hay más pruebas: la de combinación y la de ácido nucleico. Estas últimas no suelen hacerse, puesto que son muy costosas, y con las dos anteriores ya se puede llegar a un resultado. Mas es fundamental acudir al médico y que se realicen las pruebas pertinentes, puesto que solo con el tratamiento se podrá mantener una vida totalmente normal.