El Día de Reyes es una de las festividades más cargadas de magia y que remite a muchos a las mejores etapas de su infancia. Todo un icono cultural que, en pleno proceso de globalización, corre peligro de perderse ante el auge de Papá Noel.
La gran mayoría de países que celebran los Reyes Magos pertenecen a la tradición hispánica. Entre ellos, España, Venezuela, República Dominicana, Paraguay o Uruguay. Puerto Rico plantea una variante en la que se contempla la fiesta a modo de carnaval y otros países, como Perú, empiezan a abandonar esta tradición que se encuentra en desuso.
La figura en sí tiene gran vinculación católica (commemorar los regalos que los Reyes trajeron al Niño Jesús), aunque la religión 'per se' no trae esta celebración para los más pequeños. De ahí que, por ejemplo en Italia, la noche del 5 de enero sea la jornada en la que los niños reciben la visita de la Befana, una especie de bruja de la navidad ataviada con una escoba, una caperuza roja y un saco lleno de regalos.
Tampoco los Reyes Magos han conseguido pasar los Pirineos hacia el norte del Viejo Continente. En los países situados en latitudes superiores a España se ha optado por San Nicolás (hoy reinterpretado como Papá Noel, como luego comentaremos), con mayor presencia en los textos sagrados para anglicanos y protestantes (los anglicanos ni siquiera consideran que el mito de los reyes sea válido).
Al igual que sucede con otras celebraciones, como nuestra característica forma de celebrar la Semana Santa, todo apunta a que la celebración de la fiesta de los Reyes Magos como la contemplamos se produce como herencia cultural del colonialismo español y la manera particular en la que nuestro país ha interpretado todos los pasajes religiosos.
El árbol y el Belén de Navidad
Otra cuestión se plantea con el resto de la decoración que colocamos en nuestras viviendas durante estas fechas tan señaladas. Sobre todo, con dos elementos especialmente destacados: el árbol y el Belén de Navidad.
El árbol de Navidad, donde ponemos todos los regalos que recibimos en Reyes Magos, no tiene origen cristiano. Las teorías más consolidades señalan que puede proceder de la cultura germana o de la antigua Roma de Virgilio, cuando se colgaban todos los regalos de un gran árbol situado en la plaza pública.
El Belén de Navidad también es una tradición extendida: sobrevive en España, Italia, Francia, Austria, Alemania, América Latina y Estados Unidos. Sus orígenes se remontan al siglo IV, época en la que se datan los primeros dibujos y grabados de la Adoración de los pastores, con el buey y el asno incluidos en virtud del Evangelio de San Mateo.
La influencia estadounidense
El tradicional Belén y los Reyes Magos están dando paso a otras interpretaciones de la Navidad más cercanas a las propuestas por Estados Unidos y extendidas, sobre todo, a través de sus producciones audiovisuales.
El Papá Noel que conocemos en la actualidad es, simplemente, una reinterpretación de San Nicolás que Coca-Cola propuso en 1931 con fines comerciales. Su aspecto más simpático fue un filón en ventas y ha permitido que la imagen perdure hasta la actualidad.
El perfil religioso de esta figura se ha ido perdiendo poco a poco, en virtud de la aparición de miles de elfos y una serie de renos que le permiten transportarse a través de todo el mundo.
Esa es la figura que actualmente se encuentra en auge, a pesar de que en un primer momento no caló en España a cuenta de las reticencias iniciales. ¿Los Reyes Magos se encuentran en declive? Solo el tiempo podrá decidirlo...
