Los controles de drogas de la DGT, popularmente conocidos como 'drogotest' son capaces de detectar restos de marihuana en sangre incluso varios días después de su consumo.
Dar positivo en drogas mientras se conduce está calificado como una infracción muy grave en el Código Penal. La Justicia contempla penas de prisión de entre tres meses y seis meses y privación del derecho a conducir de uno a cuatro años. La pena de cárcel puede llegar al año si el investigado se niega a someterse a las pruebas. Si se cuenta con antecedentes penales, el riesgo de terminar en una cárcel aumenta.
Los casos de este tipo son una constante en los controles realizados por la Guardia Civil en las carreteras españolas. De ello da buena fe Juan, un vecino de 35 años de Majadahonda y otra sentencia de un hombre en Santander cuya identidad no ha trascendido a los medios.
En ambos casos, el consumo del estupefaciente se había realizado la tarde-noche anterior. Sin embargo, los controles detectaron la sustancia en la sangre al día siguiente, a pesar de que los efectos ya no inciden sobre el cerebro.
El abogado del caso de Santander, Héctor Brotons, del estudio Brotsanbert, critica la actuación de la Policía, que considera "que se está aplicando una concepción más moral que legal". Por ello, destacan que "sancionan por llevar una sustancia en el organismo más que por sus efectos", tal y como ha relatado a VozPópuli.
La situación se remonta a la reforma de la Ley de Tráfico de 2014. Desde entonces, las autoridades están obligadas a diferenciar entre alcohol y resto de drogas a la hora de practicar los test. Mientras que en el caso del alcohol se valora "conducir bajo sus efectos", en el caso del resto de drogas solo se valora "la presencia en sangre".
Además, se ha probado que la máquina que realiza estos drogotest acostumbra a fallar a la hora de medir la presencia de estupefacientes. En algunos casos, se ha registrado un positivo y un negativo simultáneo a la hora de utilizar aparatos distintos.
El cannabis es liposoluble, es decir, se almacena en la grasa del cuerpo y permanece allí durante largos períodos de tiempo hasta que se elimina por completo. Todo ello puede derivar en que, en algunos casos, se pueda dar un positivo hasta tres meses después del consumo. Sin embargo, como la ley especifica claramente "presencia en sangre", la posibilidad de recurrir es nula.
La DGT asegura que sus aparatos están calibrados para detectar el consumo entre las tres y las nueve horas, aunque reconocen que puede llegar a las 12 en el caso de los consumidores habituales. Sin embargo, consideran que los testimonios del estilo "me he tomado un porro por la noche y si voy conduciendo por la mañana me da positivo" son falsos.
Sin embargo, el punto que genera mayor controversia se centra en los consumidores de cannabis terapéutico, ya que pueden dar valores especialmente altos. En dichos casos, la legislación no plantea ninguna salida, aunque se está estudiando.
Efectos muy peligrosos
Es de sobra conocido que la conducción bajo los efectos de las drogas entraña múltiples riesgos que pueden poner en peligro nuestra vida y la del resto de conductores. Sin embargo, conviene recordar qué estamos enfrentando cuando cometemos este tipo de actos.
Por ejemplo, el peligro de sufrir un choque mortal en carretera se duplica. La capacidad de respuesta se reduce y el riesgo de padecer alucinaciones puede provocar todo tipo de situaciones peligrosas.
Además, la capacidad de juicio se encuentra alterada bajo los efectos de esta sustancia, lo que puede llevar a situaciones que pongan en riesgo la vida del resto de personas.