Coachella es uno de los festivales más famosos y reconocidos a nivel internacional, así como uno de los más apoyados por las propias celebridades. Como cada año, se ha celebrado en California, aunque con una peculiaridad: Beyoncé ha sido cabeza de cartel. Es la primera vez en la historia de este festival que una mujer negra tiene tanta repercusión, y es, además, la tercera artista femenina en solitario que actúa en él (tras Björk y Lady Gaga). La actuación de Beyoncé ha sido considerada tan importante y relevante que ha comenzado a hablarse del Beychella en lugar del Coachella.
Cara Delevigne ha sorprendido a todo el mundo al felicitar a Beyoncé por su concierto, y no precisamente porque tenga una mala relación con Beyoncé, ya que todo lo contrario. Ha sido más bien por las críticas que ha estado vertiendo contra Coachella; y es que la modelo y actriz ha sido de las pocas celebridades que se ha atrevido a hablar sin pelos en la lengua de todo lo que esconde Coachella tras tanta purpurina y tanto famoseo.
De Beyoncé ha señalado que está "sin habla. Esa actuación me ha hecho estallar en lágrimas y me ha hecho sentir escalofríos" en una fotografía de Instagram, y sus seguidores se sorprendieron considerablemente. No obstante, no hay nada de hipocresía por su parte: ella siempre se ha negado a acudir al festival por el dueño del mismo, Philip Anschutz, y no se ha retractado de nada de lo que ha dicho. Lo único que ha hecho ha sido comentar el buen trabajo de una compañera de profesión. Eso sí: ha conseguido despertar una gran polémica, sacando de nuevo a relucir por qué el dueño de Coachella debería ponerse en entredicho.
¿Qué esconde el dueño de Coachella?
Philip Anschutz es famoso por ser un multimillonario estadounidense dueño de la empresa Anschutz Entertainment Group, que es la organizadora del Coachella. Pero también lo es por las filtraciones que se han hecho sobre las entidades a las que dona su dinero: organizaciones antiLGTB, así como organizaciones contrarias al aborto libre y otras tantas que se encuentran a favor de las armas.
Fue el propio Washington Post el que publicó, en enero del año pasado, que Anschutz donó en los años 2012 y 2013 cerca de doscientos mil dólares a organizaciones ultra religiosas que no tenían ningún reparo a la hora de mostrarse antiLGTB. Organizaciones entre las que se encuentran la Alliance Defending Freedom, que se llevó nada más y nada menos que ciento diez mil dólares; la National Christian Foundation, que obtuvo cincuenta mil dólares; y el Family Research Council, que recibió treinta mil dólares. Además, cabe señalar que la National Christian Foundation financia grupos como Americans for Truth About Homosexuality o el propio Family Research Council.
Todos los nombres que acabamos de mencionar han estado alguna que otra vez en boca de los medios de comunicación, sobre todo por haber protagonizado polémicas con respecto a temas homofóbicos. Son las organizaciones que pretenden que los derechos del colectivo LGTB sean totalmente erradicados del país.
Cuando saltó la polémica, lo único que Anschutz pudo decir es que él no era homófobo, y que desconocía totalmente que esas organizaciones tuvieran ese tipo de políticas. Sus argumentos, por desgracia, son poco creíbles, puesto que a día de hoy continúan apareciendo datos sobre donaciones que ha hecho a las mismas organizaciones. No solo eso, sino que ahora también ha comenzado a donar a grupos extremistas religiosos que son todavía más preocupantes, como The Navigators. Esta organización, a la que ha donó cuarenta mil dólares, comparaba ser homosexual o bisexual con practicar el incesto. Además, también donó cerca de doscientos mil dólares a Young Life, una organización exclusiva para personas que no sean "sexualmente activas fuera del matrimonio homosexual".
No se conocen las donaciones que se han realizado ni en 2017 ni en 2018, pero su abogado ya se ha pronunciado al respecto, señalando que la Fundación de Anschutz "ha dejado de financiar organizaciones después de que se nos hiciera saber que algunas de sus actividades no eran consecuentes con nuestros valores". Aunque ha puntualizado que el retirar la financiación es un "proceso en activo"; es decir, que todavía se está procediendo a retirar.
Delevigne se ha quejado ampliamente de que tantas celebridades, que tan concienciadas dicen sentirse con la causa LGTB, acaben participando del festival aún sabiendo la tendencia política de su dueño. Y es que hay una inmensa cantidad de cantantes, entre ellas algunas tan conocidas por su activismo como Lady Gaga, que siguen colaborando con Coachella.