A veces las personas hacen realidad ese tipo de cosas que a muchos se les pasa por la cabeza pero que el sentido común obliga a no hacer. Especialmente si uno no desea acabar entre rejas. Sin embargo, este turista italiano lo ha hecho: un simpa estratosférico después de una lujosa comilona a base de maricos y vinos.
Los hechos han ocurrido en el restaurante Es Molí de Sal, ubicado en la isla de Formentera. La zona en la que se ubica se podría describir como idílica y paradisíaca. En primera línea de playa, este voluminoso viajero italiano se sentaba solo en el establecimiento para darse un lujoso festín, tal y como hacen multitud de turistas que visitan el lugar.
Dicho y hecho. Si hubo algo que hiciera bien este individuo fue elegir una mesa que estuviera justo en frente del mar, sin embargo, su ímpetu empezó a alertar a los responsables del lugar: su continua obsesión con la comida, pues no paraba de revisar el menú y pedir un plato tras otro. El precio total a pagar por el italiano ascendía en total a los 416 euros, resultado de dos bandejas de ostras, dos platos de pasta con bogavante de primero y dos bandejas de fritura de mariscos, junto a varias botellas de vino y copas.
Le ofrecieron la cuenta y no podía pagarla
Se desconocen las intenciones del turista, pero lo cierto es que no se atrevió a pedir la cuenta. Y cuando los trabajadores del establecimiento se la llevaron se negó a pagarla al no disponer del dinero suficiente
"Pensó que le íbamos a dejar marchar para evitar un escándalo, pero se equivocó de sitio", relata Juan Yern, propietario del restaurante y juez de Paz de Formentera desde hace más de 15 años. El empresario asegura que a veces aparece gente de este calibre, pues "intentan dar la vuelta al mundo de la gorra" y desgraciadamente, "les suele salir bien".
Yern no se cortó y avisó a la Guardia Civil vista la situación ante la sorpresa de los comensales presentes, en su mayoría bañistas de la playa de Illetas y propietarios de yates atracados en los alrededores. La pareja que asistió al lugar de los hechos se lo llevó detenido por un delito de estafa agravado, con una condena de multa, aunque el dueño del establecimiento duda que por su condición de extranjero llegue a pagarla.
Por otro lado, hay un detalle que ni a la policía ni al juez se le escapó: es reincidente. Un acto delictivo de este calibre podría ser penado hasta con seis años de prisión, sin embargo, en el juicio posterior, se declaró insolvente y fue puesto en libertad con cargos.
Es Molí de Sal fue reconvertido en uno de los restaurantes más distintivos y peculiares de todo el Mediterráneo, desde luego su ubicación hace un gran trabajo acompañándolo fielmente desde que abrió. Antes era un antiguo molino de la salinera de la isla y ahora abre sus puertas a rostros como Haakon de Noruega, principal heredero del trono noruego, y su esposa Mette Marit; Melanie Griffith o Elsa Pataky, quienes suelen elegir la zona como destino turístico para unos placenteros días de descanso.