Mateusz Jach, un hombre de 35 años, ha sido detenido en la ciudad de Glogow (Polonia), acusado de encerrar a una mujer en un granero durante cuatro años. A lo largo de este período sometió a su víctima a violaciones, vejaciones y agresiones.
La víctima ha sido identificada con su nombre de pila (Malgorzata) y consiguió escapar después de su traslado al hospital el 27 de agosto, cuando fue atendida con un hombro dislocado. Fue entonces cuando relató ante los médicos las violaciones y torturas a las que le sometía el acusado.
"Mientras la mujer estaba en el hospital, comenzó a hablar con otra paciente sobre lo que le había sucedido. Hablaban en confianza, pero la paciente alertó a los médicos sobre lo que le había sucedido", ha informado una fuente cercana al caso en declaraciones a MailOnline.
SIn labios
Los médicos pudieron comprobar cuando atendieron a la víctima que padecía graves daños en el rostro. Le habían seccionado sus labios. "La mujer ahora no tiene labios debido a todo lo que le habían hecho. Su cara está cubierta de moretones y solo tiene un agujero abierto, sin los labios, donde está su boca", han explicado los profesionales que la atendieron. El resto de su cuerpo estaba completamente lleno de abrasiones y cicatrices.
for four years by a rapist monster emerged from the medical reports of the doctors who raised the alarm
— MassiVeMaC (@SchengenStory) September 6, 2024
Her alleged captor, Mateusz Jach, 35 was charged last week with mental, physical and sexual abuse, after the woman arrived at hospital to be treated for a dislocated shoulder. pic.twitter.com/109qwwWQkL
La víctima ha afirmado que sospechaba que el hombre "estaba haciendo algún tipo de prueba" con ella. "Estaba experimentando y probando diferentes cosas con ella", explicó una de las fuentes consultadas con el citado medio. Además, la dejó embarazada, pero obligó a perder a su hijo.
Durante su cautiverio, la víctima había asistido al hospital en varias ocasiones, una de ellas para dar a luz. Un hijo al que luego le obligó a dar en adopción. La joven nunca denunciaba lo ocurrido por miedo a las posibles represalias de su agresor.
"No podía decirle la verdad a los médicos, tenía miedo, y él me amenazó con que si me quejaba, empeoraría aún más", denunció la víctima. Siempre que salían, el acusado le imponía un pasamontañas para que no conociera el trayecto: "También cuando me sacaba por la noche a lavarme. A veces me rociaba con una manguera, pero si era obediente, me daba agua tibia".
En una app
Malgorzata conocido al acusado, Mateusz, cuando tenía 20 años, en 2019. Ambos contactaron a través de una app de citas y, tras un tiempo de conversación, decidió viajar a la aldea de Gaiki, en las inmediaciones de Glogow (Polonia) para conocerlo por primera vez.
Mateusz atrajo a la víctima a su territorio y secuestró, manteniéndola cautiva en un viejo granero de animales en desuso. La víctima no tenía acceso a productos de higiene, agua corriente, inodoro, electricidad ni calefacción durante todo su cautiverio.
Los fiscales también han alegado que solo permitía. a la víctima salir del granero en muy contadas ocasiones y que se le restringía la comida: "Me golpeaba y no me daba comida. Solo me alimentaba mejor cuando ya no me quedaban fuerzas, cuando me dolía el pecho. Probablemente tenía miedo de que yo muriera".
Por estos hechos, Mateusz se enfrenta ahora a un juicio que arrancó el pasado 30 de agosto y por el que podría verse sometido a 25 años de cárcel. A pesar de los testimonios y pruebas médicas aportadas, el sospechoso ha negado en todo momento haber actuado mal.