La Policía Nacional ha detenido a Kike Salas, jugador del Sevilla FC, por provocar presuntamente que le sacaran tarjetas amarillas en partidos de Primera División para que las personas de su entorno ganaran dinero aprovechando apuestas deportivas.
El caso está siendo investigado por un juzgado de Morón de la Frontera (Sevilla), por un presunto delito de estafa. Junto a Salas se investiga a otros dos jóvenes que formarían parte de su círculo de confianza y que también se habrían beneficiado de esta trama.
El defensa del Sevilla FC pactó presuntamente con estos amigos que forzaría tarjetas amarillas en los encuentros oficiales de la Liga para que hicieran apuestas sabiendo con antelación todo lo que iba a ocurrir durante los partidos. Por el momento no se descarta la posible participación de terceros en la estafa.
La investigación ha estado liderada desde una unidad de la Policía Nacional especializada en la lucha contra las apuestas ilegales y se centra por ahora en varios partidos de la fase final de la pasada temporada de Primera División, a la que el Sevilla FC llegó sin jugarse nada, pero los agentes confían en recabar pruebas y testimonios para acotar la actuación del grupo. LaLiga ya ha anunciado que se personará como acusación.
Tarjetas amarillas en el campo
Kike Salas recibió un total de 10 tarjetas amarillas en el curso 2023-2024. De ellas, recibió 7 durante las últimas 9 jornadas y se convirtió en el futbolista que recibió más amonestaciones durante dicho período. En la jornada 32, en la que el Sevilla FC se enfrentó al RCD Mallorca, no pudo ser alineado porque había sido sancionado por acumulación de tarjetas, la mayoría llegó al final de los partidos y por acciones cuestionables.
El futbolista se enfrenta a un delito de estafa, que contempla una pena de entre seis meses y tres años de prisión. El jugador renovó su contrato con el Sevilla FC hasta 2029 le pasado diciembre y es uno de los futbolistas más destacados en el equipo hispalense durante la temporada actual, aunque se había especulado durante los últimos días con su traspaso a un conjunto italiano.
No es la primera vez que se baraja un caso de este tipo. Así ocurrió con el internacional brasileño Lucas Paquetá, que fue acusado por la federación inglesa de forzar cuatro tarjetas amarillas en partidos oficiales de la primera división para influir en el mercado de las apuestas.
Hasta 60 amigos y familiares de Paquetá se habrían embolsado un total de 118.000 euros aprovechándose de pronósticos amañados sobre los partidos. El jugador milita en el West Han y tiene 27 años. Actualmente se enfrenta a una sanción de 10 años que pondría fin repentinamente a su carrera deportiva.
