La Guardia Civil ha detenido a un hombre de 67 años como un presunto autor de un delito de abusos sexuales contra su hija adoptiva durante más de una década; además de contra sus dos sobrinas durante la época en la que eran menores.
El acusado ha pasado posteriormente a disposición judicial y ha sido enviado a prisión como medida preventiva. La investigación partió a raíz de la denuncia de la hija del arrestado, que también relató los hechos que sufrieron sus primas hace unas tres décadas cuando ellas pasaban períodos vacacionales o algún fin de semana en su compañía.
Por todo ello, la joven de 21 años denunció los abusos de su padre adoptivo que, según relata, había sufrido desde la edad de ocho. Presentó la denuncia el pasado 7 de febrero, que fue tramitada por el Equipo de la Mujer-Menor de la Guardia Civil.
Según su relato, los abusos comenzaron por tocamientos cuando padre e hija se encontraban solos, con la excusa, por parte del progenitor, de que "era normal y era un secreto" entre ambos.
Sin embargo, según transcurrían los años, los abusos continuaron creciendo y se convirtieron en "más contínuos y graves", llegando incluso al acceso carnal a pesar de la negativa de la menor.
Para evitar que las violaciones salieran a la luz, el padre la amenazaba asegurando que "si contaba algo, iba a destrozar la familia". Además, ejercía un férrero control sobre su hija: llegó a castigarla sin ver a sus amigas por no haberse prestado a mantener relaciones sexuales con él. Esta fue una más de las coacciones que utilizaba el detenido para someter a su hijastra contra su voluntad y asegurarse de que no contaba nada a nadie.
Sin embargo, cuando la joven alcanzó cierto grado de madurez y por circunstancias de su trayectoria vital, pudo despegarse del padre. Sin embargo, cada vez que ambos se encontraban en la casa casa, ella se encerraba completamente en su habitación.
Los abusos que ha recibido han provocado que la menor se encuentre con serias consecuencias psicológicas. Según afirma, duerme "muy poco" y sufre constantes pesadillas en las que su padre "se enfada y se siente anulada" por lo sucedido.
También abusó de sus dos sobrinas
Los abusos no se remitieron a su propia hijastra. Según reza el atestado judicial, en la causa se han sumado a dos de sus sobrinas. Una de ellas, víctima del acusado cuando tenía 14 ó 15 años. La agresión sucedió cuando ambos se encontraban a solas en la vivienda y no se repitieron porque no volvió a darse una situación similar.
Por otro lado, la hermana de la principal víctima también sufrió todo tipo de agresiones durante cuatro años, desde que tenía 10. Por ello, ha necesitado recibir apoyo psicológico para poder rehacer su vida.