Celia Beatriz Sosa ha sido detenida por participar de los abusos sexuales que su marido ejerció contra su hija de corta edad. Según la progenitora, la niña estaba "poseída por el demonio", lo que le llevó a justificar los abusos sexuales que el padre ejercía contra ella.
Este último argumento partía de su marido, que trabajó durante meses para que su cónyuge terminara creyendo el argumento. Todos los abusos se produjeron siempre en la vivienda que ambos comparten en Buenos Aires (Argentina).
El otro acusado, Sergio Eduardo Giménez, había engendrado otro hijo con su pareja, a la que conoció cuando tenía 17 años. Sin embargo, la situación no le agradó, por lo que la obligó a viajar a Paraguay para que abortase.
La pareja tiene varios niños que también fueron víctimas de los abusos. En declaraciones ante el juez, aseguraron que "siempre estaba ebrio y nunca me gustó. Dijo que tenía un demonio en mí y mi madre comenzó a creerlo. Todo comenzó cuando tenía ocho años y ella me despertó para decirme que hiciera cosas con él. Nunca quise, por supuesto".
La madre, que llegó a golpear a sus hijos para que cumpliesen con los deseos de su marido, participaba plenamente de los abusos: "Antes de acostarme, me decía: no te duermas, sabes lo que tienes que hacer".
La denuncia y fuga del padre
Los abusos se produjeron durante años, hasta que una de las hijas, ya adolescente, decidió contar lo que ocurría en su casa a su propia abuela. Ella la apoyó en todo momento, la animó a denunciar y la acompañó a las evaluaciones ginecológicas y psicológicas que confirmaban su relato.
El padre de los menores se encuentra en libertad, ya que consiguió huir de Argentina, aunque hay dictada una orden de busca y captura emitida por la Interpol. Por otro lado, la madre se encuentra encarcelada y cumple una pena de 14 años de prisión en la cárcel para mujeres de Ezeiza en Buenos Aires.