La Fiscalía de Málaga pide una condena de 21 años de cárcel contra una joven por la muerte de Camelia, una bebé a la que abandonó durante más de un mes encerrada sola, a oscuras, con un biberón y unas galletas, en un pequeño piso de la calle Viento, según el Ministerio Público.
Por ello, le acusa de los delitos de aseisnato y abandono. La joven había aprovechado todo este tipo para salir continuamente de fiesta y en ningún caso tenía problemas para cuidar de la niña, ya que su madre y hermanos "tenían una posición económica desahogada para financiar la manutención", según la Fiscalía.
La acusada se había quedado embarazada en su país natal, Marruecos. El hermano y la madre querían ocultar el suceso y le pagaron un viaje a Málaga bajo el pretexto de que iba a continuar con sus estudios en este país.
Se instaló en el núcleo de Torre del Mar y el 4 de mayo de 2017 dio a luz en el Hospital Comárcale de la Axarquía acompañada de su hermana, que entonces vivía en Vélez. Unos días después, la joven fue agredida por el hombre con el que había mantenido una relación sentimental y que también golpeó a la hermana.
Ellas avisaron a la policía y el juez dictó una orden de alejamiento respecto a ambas y a la pequeña. A partir de entonces, la joven se instaló con su hermana y cuñado quienes, aunque tenían su residencia habitual en Marruecos, venían a Málaga a visitarla.
Durante esos meses mantuvo el contacto con su familia por teléfono y redes sociales. Además, también dejó a su hija en una escuela infantil de Torre del Mar donde conseguía tiempo para preparar su Selectividad.
Intensa vida nocturna
La joven, sin embargo, se despreocupó de los trámites para mantener la plaza en la escuela infantil, de manera que finalmente perdió la plaza a la que tenia derecho para cuidar a su hijo. De manera paralela, también desatendió sus estudios y se quedó sin acceso a la Selectividad.
Con estas circunstancias, la joven tomó la opción de ponerse a trabajar en el mundo de la noche. En septiembre de 2018 empezó a trabajar en una discoteca del Centro como relaciones públicas y camarera, empezando su turno a partir de las dos de la madrugada. El fiscal dice que, supuestamente, cada noche dejaba sola en el piso a su bebé, que entonces tenía 15 meses y no era capaz de caminar sin ayuda. Solo gateaba.
Cuando terminaba la jornada laboral, sobre las seis de la madrugada, "no regresaba a su piso, sino que se dirigía a descansar a la vivienda de una amiga, en la zona de Las Chapas", sostiene el fiscal. Si le preguntaban el motivo, argumentaban que no quería levantar al niño.
Como consecuencia de ello, el bebé experimentaba unas carencias significativas: "Durante ese periodo -12 horas- y de forma prácticamente diaria, su hija permanecía sola en la casa, desprovista de la necesaria atención afectiva y de los cuidados físicos (bebida, alimentación y aseo) precisos para un bebé de su edad".
Todo esto se sumó a que la joven restaba horas en la vivienda porque estaba conociendo a otro joven. Los vecinos del edificio han declarado la policía que escuchaban con frecuencia el llanto "inconsolable y continuo" de la bebe. El fiscal destaca que permanecía durante horas en un entorno «insalubre de suciedad y desorden, con prendas de ropa y restos de envases vacíos de alimentos y bebidas desperdigados por el suelo y el mobiliario.
La joven, al final, decidió desentenderse de su hija. El mes de octubre cerró la puerta con un biberón y unas galletas dentro, con una llave que solo portaba. No avisó a nadie. Camelia solo tenía 17 meses. La joven siguió haciendo vida normal y no volvió a prestar atención su hija. Cuando le preguntaban, ofrecía respuestas vagas, como que la había dejado a cargo de una mujer en Nerja.
Todo, hasta que unos familiares vinieron a visitarla e insistieron. Tras confesar, se dio a la fuga sin que pudieran impedírselo. La familia pudo contactar con la Policía Local y una patrulla se desplazó hasta la vivienda, que se encontró al bebé ya fallecido. Dentro encontraron trazas de cocacína en la manta y paracetamol. El biberón estaba terminado y había restos de galletas por el suelo. La pequeña llevaba entre 26 y 30 días muerta. Los forenses señalan que murió por el abandono y la falta de alimento, agua y cuidados que le ocasionaron "sufrimiento físico y moral" al encontrarse por completo desamparada, según destaca el fiscal.
El fiscal concluye que la joven no presenta patología psiquiátrica alguna que afecte a su imputabilidad. Considera que tiene una personalidad "inmadura, caracterizada por un destacado egocentrismo". Los abuelos y tíos maternos de la bebé no reclaman nada ni penal ni civilmente.