El fundador de Telegram, el emprendedor Pável Dúrov, ha sido detenido en el aeropuerto de Le Bourget, a las afueras de París, en cuanto ha aterrizado en suelo francés. Su detención se enmarca en acusaciones relacionadas con obstrucción a la justicia.
Las autoridades del país galo consideran que la plataforma de Dúrov suponen un canal abierto para todo tipo de redes de delincuencia, incluyendo redes de pederastia, crimen organizado o tráfico de sustancia.
El fundador de Telegram, que escapó de Rusia después de experimentar la persecución de las autoridades para ceder datos de su red social, VKontakte (conocido como el Facebook ruso), ha antepuesto siempre en sus plataformas la libertad y la protección del usuario a la colaboración de la justicia o ceder datos a ninguna autoridad.
Red ajena a las autoridades
A diferencia de otras plataformas, Telegram se ha caracterizado por su estricto sistema de codificación de los mensajes y su capacidad para defender el anonimato, incluyendo borrado total de conversaciones o números ficticios.
La app ha logrado un fuerte crecimiento, con 950 millones de usuarios activos, y se plantea su salida a Bolsa este año. Su plataforma ha logrado un gran atractivo y Dúrov ha reconocido haber recibido ofertas de compra por hasta 30.000 millones de dólares.
Sus características, una app de mensajería instantánea, le han convertido en una clara alternativa a WhatsApp, pero además tiene diferencias destacables. Destaca la posibilidad de crear grupos multitudinarios de hasta 200.000 personas.
Estos grupos han llevado a todo tipo de temáticas. Son ampliamente empleados por grupos de comunicación o servicios de información, pero también se han situado en el ojo de la diana por ser un foco de promoción de teorías conspirativas y desinformación por grupos de extrema derecha, así como un canal que promociona la piratería de contenidos. Este último caso llevó a juez de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz, al cierre preventivo de la plataforma en España durante el pasado mes de marzo.
Un punto de inflexión
Junto con las acusaciones de canal para la delincuencia, la situación de Telegram se ha visto comprometida por el papel que tuvo durante el asalto al Capitolio perpetrado por seguidores de Donald Trump en 2021.
El riesgo evidenciado llevó a Twitter y Facebook a adoptar medidas y eliminar perfiles que promocionasen la violencia o la desinformación. Telegram se mantuvo al margen y esto provocó una clara fuga de usuarios que aumentó su base en 25 millones de nuevas cuentas.
Pável Dúrov siempre ha antepuesto la falta de control en sus plataformas y la libertad total. Durante su pasado en Rusia, como dueño de la red social VKontakte, se negó a identificar a opositores políticos y facilitar datos sobre las protestas del Maidán a favor del ingreso en la UE de Ucrania. Por esta negativa, entró en la diana del Kremlin y se vio obligado finalmente a vender su plataforma y marcharse al extranjero.
Lejos de promocionar actividades delictivas, ahora las críticas llegan por su falta de colaboración en la lucha contra el crimen organizado o delitos comunes en los países occidentales. Dúrov mantiene una clara defensa del anonimato de sus usuarios y la privacidad, abriendo un fuerte debate sobre los límites reales de las redes sociales.