El asesinato de Samuel Luiz puso en pie a España. El joven de 24 años recibió una brutal paliza en la pasada madrugada del 3 de julio en A Coruña por parte de un grupo de personas que durante 200 metros lo golpearon y patearon hasta la muerte al grito de "maricón". Este crimen homófobo ha removido conciencias incluso más allá de nuestras fronteras mientras las manifestaciones se han sucedido para reclamar justicia.
Mientras la investigación aún no termina de ver claro el componente homófobo, el lugar en el que se produjo el crimen, en la Avenida de Buenos Aires, se ha convertido en un lugar de peregrinaje para cientos de personas anónimas acuden a depositar flores, velas, mensaje creando una especie de altar improvisado en memoria de Samuel Luiz.
Sin embargo, a alguien ha debido de molestarte este homenaje a una persona asesinada. Según han denunciado a través de las redes sociales, este altar ha sufrido un ataque y ha aparecido completamente destrozado. En la imagen que han adjuntado pueden verse las flores rotas, los peluches desperdigados, las velas tiradas por el suelo y todo revuelto.
Por suerte, el amor ha podido y al odio y a las pocas horas de conocerse este acto vandálico, amigos de Samuel Luiz y vecinos de A Coruña han acudido al lugar para limpiar los destrozos y reponer las flores, las velas y algunos mensajes nuevos.
Esto es ya insoportable: han destrozado el altar de Samuel en Coruña. pic.twitter.com/TKZBQxrYXL
— JORGE?????????????? (@Gorllitox) July 22, 2021
Continúa la investigación
Por el momento hay tres detenidos y dos en un centro de menores, al tiempo en que la única mujer acusada de estar también implicada sigue en libertad con cargos, teniendo que presentarse periódicamente en el juzgado. No obstante, no se descartan más detenciones. De hecho, los dos senegaleses que intentaron frenar la paliza aseguran que hay más implicados; que hubo más agresores que participaron en la paliza a Samuel Luiz.
Según los primeros indicios, las investigaciones apuntan a que todo podría haber comenzado porque dos de los atacantes creyeron que Samuel y su amiga, que en ese momento realizaban una videollamada, los estaban grabando. Después, presuntamente a ellos se unieron otros amigos de estos últimos, implicados en la paliza que acabó con la vida de Samuel al grito de "maricón".