Penelope Williams, una enfermera galesa, ha sido despedida e inhabilitada para continuar ejerciendo su profesión en todo el territorio del Reino Unido, tras la muerte de un paciente con el que estaba manteniendo relaciones sexuales en el interior de un vehículo del aparcamiento de un hospital sin llamar a una ambulancia para auxiliarlo.
Los hechos ocurrieron en el exterior del Spire Hospital, en el norte de Gales, en enero de 2022. La muerte fue atribuida a una "insuficiencia cardíaca y una enfermedad renal crónica, desencadenadas por un episodio médico", según publica el diario The Guardian.
La enfermera, de 42 años y casada, había mantenido una relación extramatrimonial en secreto durante 12 meses con un hombre que recibía tratamiento de diálisis en dicho hospital. La mujer trabajaba allí como enfermera general en dicha unidad.
Williams se había citado con el paciente durante la noche en la que se produjo el fallecimiento en el exterior del hospital y, cuando se produjo el síncope, llamó a una compañera del centro. La enfermera estaba "llorando y angustiada, quería pedir ayuda mientras intentaba explicar que alguien había muerto", según declaró el compañero, que recomendó una ambulancia.
Sin embargo, desoyó el consejo y esperó a que se reuniera con ella en las inmediaciones del hospital. Allí, encontró al paciente semidesnudo y sin respuesta. Fue entonces cuando llamó a la Policía y Emergencias. La muerte fue certificada poco después.
Williams declaró ante los agentes y médicos que había encontrado al paciente tras recibir un mensaje por Facebook en el que le había expresado encontrarse mal. Pero después admitió haber quedado con él para mantener relaciones sexuales.
En una declaraciones posterior, se retractó y afirmó que se había visto con el paciente en el coche, donde había permanecido entre 30 y 45 minutos hablando, antes del fallecimiento. Williams reconoció el encuentro y no haber llamado a la ambulancia.
Despedida
Finalmente, el Consejo de Enfermería y Matronas ha optado por despedirla al considerar que los hechos constituyen una falta grave. Además, ha sido inhabilitada para continuar ejerciendo su profesión: "Las acciones de la señora Williams se apartaron significativamente de las normas que se esperan de una enfermera titulada y son fundamentalmente incompatibles con su permanencia en el registro".