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La desigualdad de la limpieza en Madrid y las diferencias de inversión desde el Ayuntamiento

El Ayuntamiento ha instalado contenedores de lujo contra los malos olores, soterrados, en el barrio de Salamanca que no extenderá fuera de la M-30.

La desigualdad de la limpieza en Madrid y las diferencias de inversión desde el Ayuntamiento

La calle de la Gaviota, en Carabanchel, presenta una imagen de completo abandono. Una mujer sale de un portal, dispuesta a limpiar los restos de la entrada en una calle cuyos olores impregnan todo el ambiente y que presumiblemente se cuelan a través de las ventanas de todas las casas.

La situación no es mucho mejor en la calle de los Ingenieros, a la salida del Hospital Gómez Ulla. En esta zona se mezclan los restos de suciedad, orines e incluso excrementos, que rozan las ventanas de viviendas en semisótano, donde las casas se abren, como pueden, directamente hacia una acera completamente rebosante de suciedad.

Una acera en Carabanchel
Una acera en Carabanchel AP

La situación no es halagüeña en todo el barrio, en pleno mes de agosto, que no se encuentra en otro de los barrios que hemos recorrido.

Restos de cartones junto a contenedores
Restos de cartones junto a contenedores AP
Restos de cartones junto a contenedores
Restos de cartones junto a contenedores AP
Calle en Carabanchel
Calle en Carabanchel AP
Cartones junto a contenedores
Cartones junto a contenedores AP
Calle en Carabanchel
Calle en Carabanchel AP

Una situación que difiere, por ejemplo, de la calle Velázquez, en el barrio de Salamanca. En esta zona el Ayuntamiento acaba de invertir en contenedores de lujo que son más higiénicos y permiten que el olor de la basura sea menos molesto para sus vecinos. Solo se prevé su incorporación en la almendra central de la capital... y aquí. Esta es la realidad de este barrio.

Calle en el barrio Salamanca
Calle en el barrio Salamanca AP
Calle Velázquez
Calle Velázquez AP
Árbol en la calle Velázquez
Árbol en la calle Velázquez AP
Dos contenedores
Dos contenedores AP
Calle Velázquez
Calle Velázquez AP

La realidad: menor inversión en limpieza en los barrios del sur de la M-30 para mayor territorio

El Ayuntamiento de Madrid reparte los contratos de la limpieza viaria en 6 lotes, en los que agrupa a los distritos de la capital, cada uno de ellos con un conjunto de entre tres y cuatro territorios.

El Lote 2 se corresponde con los distritos de Arganzuela, Retiro, Salamanca y Chamartín. Para estos territorios se ha destinado un importe en limpieza que roza los 284 millones euros, para un territorio que se corresponde con 22,81 km2 en su conjunto.

El Lote 6 se corresponde con los distritos de Usera, Villaverde y Carabanchel. En este caso, destina una cantidad que roza los 263 millones de euros, es decir, la cifra exacta que resta es 21.101.044.62 euros. La superficie en conjunto de estos tres distritos es de 41,99 km2.

Es decir, el Ayuntamiento destina en total menor dinero para la limpieza de los distritos del sur, que se ven afectados por cuestiones de falta de mantenimiento y limpieza.

Las consecuencias de la falta de cuidado de la limpieza en las calles: inseguridad y mala salud de los ciudadanos

La limpieza de las calles no es una cuestión menor. Un proyecto desarrollado por el Banco Mundial en 2015 comprobó cómo la falta de mantenimiento en determinadas zonas de las ciudades genera el caldo de cultivo de la inseguridad: "Un espacio con desorden y basura es percibido como que no hay personas cuidando ese lugar", explicaba entonces John Morton, experto ambiental del Banco Mundial.

La prueba se realizó en Kingston, Jamaica, en el barrio de Central Village, una zona con altas tasas de criminalidad y desempleo. Allí se arreglaron las calles, limpiaron los espacios públicos y mejoraron los contenedores de basura, además de establecer un servicio de recolección.

Esta política forma parte de la estrategia "prevención del crimen a través del diseño ambiental", mejorando los espacios urbanos y favoreciendo a la administración como parte de la solución. Carabanchel se situó como el cuarto distrito con menor seguridad ciudadana en 2020.

La limpieza de las calles no es una simple cuestión de estética o seguridad. Además, también está íntimamente relacionada con la propia salud de todos los ciudadanos.

Cantones de basuras frente a viviendas

No es la única medida del Ayuntamiento de Madrid respecto a su política de limpieza en los barrios de la periferia. De forma paralela a sus contenedores de lujo contra los malos olores, continúa con su intención de instalar cantones de basuras frente a viviendas en varios puntos de la ciudad, a pesar de las múltiples manifestaciones de los vecinos en contra.

Uno de ellos se encuentra en la calle Sinfonía, en la zona de Cuatro Vientos. Los vecinos mantienen la reivindicación para que se paralice su construcción, puesto que este solar estaba dedicado a un uso deportivo, sin embargo, el Ayuntamiento finalmente ha relegado este territorio para la limpieza.

Cartel contra los cantones en la fachada de una vivienda y, al fondo, cantón de basuras
Cartel contra los cantones en la fachada de una vivienda y, al fondo, cantón de basuras AP

El Consistorio tiene la intención de levantar cantones en Vallecas, Latina, Vicálvaro y Carabanchel. Las plataformas vecinales se han levantado para exigir la paralización de esta medida, sin embargo, el Consistorio ha desestimado por completo sus reivindicaciones.

Carteles en contra de los cantones de basuras
Carteles en contra de los cantones de basuras AP
Cantón de basuras en calle Sinfonía
Cantón de basuras en calle Sinfonía AP

Los cantones de limpieza son instalaciones destinadas a guardar la maquinaria y vehículos destinados a la limpieza. Además, están diseñados para descargar la basura que los camiones recogen durante el día y, posteriormente, se trasladan los desechos al vertedero más cercano para su posterior reciclaje.

Edificio de viviendas frente a un cantón de basuras
Edificio de viviendas frente a un cantón de basuras AP

Los cantones funcionan habitualmente durante las 24 horas del día de forma ininterrumpida. Es habitual que estas instalaciones se ubiquen en zonas alejadas de viviendas o áreas residenciales. El ruido constante de los camiones, los malos olores y la llegada de roedores y animales de los desechos orgánicos son los motivos que generan el rechazo habitual de los vecinos.

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