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Desear la muerte del hijo de Gabriel Rufián por redes sociales no es delito

A través de Twitter, el mismo usuario también había amenazado a Pablo Iglesias y Oriol Junqueras.

Internet es un campo tan amplio que a veces resulta muy complicado que la justicia actúe en los delitos que se cometen en el mundo virtual. Las redes sociales se han convertido en un nido de odio donde algunos usuarios, amparándose en el anonimato que otorga la red, aprovechan para lanzar insultos y amenazas de todo tipo contra todo aquel contrario a su pensamiento. 

Periodistas y políticos son los principales objetivos de estas personas cargadas de odio. Debido al desafío soberanista catalán al que hace frente España en los últimos meses, los representantes de esta empresa acaparan a diario todo tipo de comentarios, algunos de los cuales podrian ser perfectamente tipificados como delito. Uno de los más graves lo ha recibido Gabriel Rufián, portavoz de ERC en el Congreso.

"Gabriel Rufián, ¿eres padre? Ojalá maten a tu hijo", rezaba el tuit de un usuario que acabó denunciando la Fiscalía. La investigación destapó entonces que la misma cuenta había enviado otros tuits similares contra diferentes líderes de ERC y Podemos. "Ojalá pegasen un tiro en la cabeza a tu madre", dedicarona Pablo Iglesias. Sobre Carolina Bescansa, íñigo Errejón u Oriol Junqueras el mensaje fue en el mismo tono señalando que "deberían ser quemados vivos".

OPablo iglesias y Gabriel Rufián, principales objetivos de un tuitero
"OPablo iglesias y Gabriel Rufián, principales objetivos de un tuitero"

Doble vara de medir

El Juzgado de Instrucción 1 de Motril, en Granada, ha archicado la denuncia de la Fiscalía por un supuesto delito de incitación al odio contra este tuitero que deseó la muerte del hijo de Rufián. Sin embargo, la Fiscalía ya ha anunciado que recurrirá esta decisión.

Llama la atención esta decisión cuando pocos días antes la Audiencia Nacional condenó a dos años y un día de prisión a los doce integrantes del grupo de rap La Insurgencia por considerar que sus letras incurrían en un delito de enaltecimiento del terrorismo de los GRAPO. Especial repercusión tuvo también el caso de Cassandra, tuitera condenada a un año de prisión por lanzar chistes sobre la muerte de Carrero Blanco, expresidente del Gobierno franquista. ¿Acaso los delitos de odio solo se condenan si van en una dirección?

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