Todo merece estar expuesto en un museo, si no que se lo digan al museo del cabello, que recolecta miles de mechones de mujeres; al museo de saleros y pimenteros, propiedad de una española muy salá y el museo del orinal, donde no tienes problema si de repente tienes que resolver un problema urgente.
La idea de que todo puede llegar a ser arte es la que han aplicado en este museo de Reykjavik, que aloja los penes más grandes del mundo. Esta peculiar galería alberga miembros de una gran cantidad de mamíferos, con una amplia gama de tamaños y lugares, ya que llegan penes de todos los lugares del mundo.
Nada más entrar en la sala podemos ver un ejemplar que mide 1'70 metros de alto y pesa 75 kilogramos, todo un reclamo para la audiencia sin lugar a dudas. Entre los especímenes encontramos miembros de ballenas, osos, focas, gatos y ratones, todos ellos conservados en formaldehyde, utilizado para la conservación de muestras biológicas o cadáveres frescos, especialmente en su versión acuosa, más conocida como formol.
"Todo comenzó como una broma", afirma Hjotur, gerente y director se museo, el cual heredó de su padre, Sigurdur Hjartason, un historiador que se dedicó a la docencia durante 37 años. Cierto día su padre se percató de que nunca nadie se había dedicado a la recolección de penes, lo que podría ser un gran campo de estudio e investigación. "Alguien tenía que hacerlo", solía afirmar.
En 1980 Hjartason padre abrió el museo con 13 piezas de nueve mamíferos terrestres y cuatro ballenas. Diez años más tarde el número había aumentado a 34.
Sin lugar a dudas uno de los aspectos que más llama la atención es la presencia de un miembro humano, procedente de un hombre de 96 años de edad, que poseía un pene de tamaño considerable. Cuando el gerente del museo le preguntó si estaría dispuesto a donar su falo este contestó: "Estoy donando mis órganos, supongo que puedo donar uno más".
El propósito del museo en ilustrar sobre falología
Así mismo, Hjotur quiso aclarar en una entrevista, que recoge indy100, que el propósito último del museo es la educación, aunque la diversión forme parte de la visita. "Es un tema un poco tabú, pero si dices 'pene' a todo el mundo le resulta llamativo y además somos el único museo que se dedica a su estudio".
Como parte del labor de museo, recogen visitas guiadas a estudiantes que estén interesados en aprender sobre el campo de la falología. "Muchos escolares vienen durante las horas de clase y se divierten mucho aprendiendo (...) Son nuestros invitados favoritos porque están todo el rato preguntando el por qué de la forma o el tamaño. No tienen miedo a preguntar".
Además a la salida del museo puedes pasar por su original tienda de souvenirs, donde puedes comprar desde pasta de dientes en forma de pene, hasta calentadores a medida tejidos a mano.