Los días de lluvia son jornadas de extremo riesgo al volante. Por este motivo, la Dirección General de Tráfico (DGT) elabora protocolos especiales con el objetivo de evitar accidentes, que se suman a las prácticas que los conductores ya llevan a cabo por su cuenta para evitar contratiempos, como conducir más lentos o aumentar las distancias de seguridad.
No se trata de un simple problema de seguridad, también puede afectar al bolsillo. Entre las sanciones más desconocidas, se encuentra el riesgo de salpicar de agua a un peatón. El Reglamento General de Circulación establece que "los usuarios de la vía están obligados a comportarse de forma que no entorpezcan indebidamente la circulación ni provoquen peligro, perjuicios o molestias innecesarias a las personas". Por ello, si ensucias a una persona levantando agua hacia la acera, puedes llevarte una multa de 100 euros, que en la mayoría de las ocasiones se reduce a 80 euros.
Salpicar a un peatón durante los días de lluvia no es la única multa que puede imponer la DGT durante los días lluviosos. También puede sancionar con 200 euros si la matrícula del vehículo se ha cubierto de barro y, por este motivo, no está visible.
Además, conducir con los cristales empañados, así como llenos de hielo o nieve también es motivo de sanción, en concreto 200 euros. Si el limpiaparabrisas se encuentra en mal estado, también nos enfrentamos a una multa, en este caso situada entre 80 y 120 euros.
Conducir en días de lluvia
Los días lluviosos son especialmente delicados cuando nos situamos al volante. La DGT recuerda que los conductores tienen que cambiar la manera de conducir para adaptarse a las circunstancias, puesto que el hecho de que el asfalto esté mojado hace que aumente la distancia de frenazo y el riesgo de impacto. Por ello, es vital siempre guardar una mayor distancia de seguridad con el vehículo que tenemos delante.
Además, hay que tener los neumáticos en condiciones óptimas para evitar deslizamientos y perder el control de la conducción. Si sufrimos este tipo de deslizamientos, no debemos frenar de forma brusca porque todavía resbalará más, sino que también se tiene que frenar suavemente y cogiendo muy fuerte el volante.