Laura Luelmo ya descansa en paz. Los restos mortales de la joven zamorana han sido incinerados en la noche del viernes 4 de enero después de que la jueza instructora del caso diera su autorización. La cremación ha tenido lugar en el tanatorio de Gibraleón, en la provincia de Huelva, donde ha sido despedida en la más estricta intimidad de la familia.
La incineración de Laura Luelmo se ha llevado a cabo una vez que han sido realizadas todas las pruebas forenses necesarias, 17 días después de que su cuerpo fuese hallado sin vida, el pasado 17 de diciembre, y fuese denunciada su desaparición el fatídico 12 de diciembre. La joven de 26 años fue encontrada en el paraje de La Mimbrera, a unos cuatro kilómetros de la localidad del Campillo, hasta donde se había trasladado para comenzar a trabajar como profesora.
Su familia, que se trasladó a la zona desde el primer momento, ha podido despedirla ahora tras casi tres semanas en las que se han desarrollado las pruebas forenses necesarias, que serán determinantes para resolver las incógnitas hay sobre el caso. Tras disponer de las cenizas, la familia ha regresado a Zamora.
El asesinato de Laura Luelmo
Fue el 12 de diciembre cuando Laura Luelmo desapareció tras haber salido a hacer deporte por El Campillo, localidad onubense a la que se había trasladado una semana antes para empezar a trabajar como profesora. Cinco días después su cuerpo apareció sin vida semidesnudo y oculto entre matorrales. Tras varios días de búsqueda, Bernardo Montoya fue detenido el 19 de diciembre mientras intentaba escapar del pueblo. En la mañana del 20 de diciembre, Montoya confesó en el interrogatorio de la Guardia Civil que era el responsable del asesinato de la joven maestra.
"Me encapriché de ella", afirmó el asesino confeso y luego construyó un relato falseando los elementos más importantes. Y es que a pesar de acabar de capturarle y tenerle sólo unas horas encerrado en el interrogatorio, la Guardia Civil ya había registrado su casa y habían encontrado restos de sangre de Laura Luelmo y un fuerte olor a lejía que se presupone que Montoya usó para limpiar cualquier rastro del brutal asesinato.
Las investigaciones deducen que Montoya habría introducido a la maestra a la fuerza en su casa para agredirla sexualmente y luego golpearla. La autopsia reveló que Laura Luelmo fue violada y murió de un fuerte golpe en la cabeza. Supuestamente, después de la agresión, el asesino habría metido a Luelmo en el maletero de su coche envuelta en una manta y se la habría llevado hasta el paraje de Las Mimbreras, donde su cuerpo fue encontrado días después.
A Bernardo Montoya se le imputan los delitos de asesinato, detención ilegal y agresión sexual, por lo que la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Valverde del Camino (Huelva) decretó prisión provisional, comunicada y sin fianza al considerar necesaria la medida por la gravedad del delito, la posibilidad de eliminación de pruebas y el riesgo de fuga y a fin de evitar el riesgo de que cometa otros hechos delictivos de la misma gravedad. Desde el 22 de diciembre, se encuentra encarcelado.