El machismo y la homofobia siempre han estado ligados al fútbol, junto a otras lacras como el racismo o el fascismo de algunos grupos ultras. Y es por ello que, tradicionalmente, los futbolistas han tenido que aparentar una virilidad exagerada, adoptando una pose de macho chulo y, por supuesto, heterosexual. Si eso no ocurría, la respuesta de los aficionados sobrepasaba el desprestigio profesional del jugador, llegando al acoso y derribo de este. Como decía el delantero del FC Barcelona Luis Suárez hace unos días, "el fútbol es una cosa de hombres", ante un rival que denunciaba su violencia: lo delicado, lo tradicionalmente femenino, no tiene cabida en un deporte de machos que incluso llegan a morder -hasta en tres ocasiones- a los jugadores rivales.
Y es que hace no mucho aquello de 'Guti, Guti, Guti maricón' era poco menos que el himno de una generación futbolística que describía a la perfección la deriva homófoba que estaba sumiendo al fútbol moderno, liderado por unos ultras en su mayoría vinculados a grupos neonazis o de extrema derecha, y con una afición profundamente embutida en un sistema enormemente discriminatorio. Desde los adultos que lo gritaban, con sorna, en el estadio, hasta los chicos que, jugando a imitar a los mayores, lo cantábamos a nuestros compañeros en las pachangas del colegio éramos parte, consciente o inconscientemente, de una campaña de acoso y, sobre todo, de apología al odio contra el colectivo LGTBI+ que iba más allá del fútbol.
Pero el cántico, más allá de quedarse en los años 2000, olvidado, como ocurrió con los Jonas Brothers o Santa Justa Klan, reaparece de vez en cuando en la actualidad para recordarnos que la homofobia sigue presente dentro y fuera de los estadios de fútbol. En este caso, debido a un montaje obra del tuitero @McDepre y que podéis ver encima de estas líneas. La imagen estaba acompañada del texto "Madre mía el 'PES 2017'". 'PES', para quien no lo sepa, es es acrónimo de 'Pro Evolution Soccer', uno de los videojuegos de fútbol con más tirón de la actualidad. Las reacciones al tweet, ya con casi 13.000 RT, se movían entre la incredulidad y la sorna, con poco espacio para la indignación. La indignación, cuando existía, era por herir a un ídolo madridista, no por la utilización de la orientación sexual como un argumento para acosar.
Sin embargo, el tweet habría quedado en el olvido al cabo de unos días, o con el simple recuerdo de gozar de algo más de viralidad de lo común, si no hubiera sido porque el exmediapunta merengue, como es costumbre en él, decidió no quedarse callado ante tanto humor a su costa. Y cuando tenía la oportunidad de demostrar al mundo que la intolerancia se combate con tolerancia, decidió comenzar una competición de ver quién la tenía más larga (la hombría).
"Mi respuesta a la foto del 'PES 2017' y esta no es un FAKE": En la respuesta, Guti aparecía besando a su esposa, la presentadora y modelo argentina Romina Belluscio, con un mensaje de victoria, como satisfecho tras haber acallado a quienes dudaban de su hombría. De nuevo, la pose de macho, de heterosexual y de, por qué no, garrulo, volvía a predominar en un deportista de élite, pues cualquier muestra de lo contrario habría sido carnaza para el desprestigio en un mundo, el deporte, que tanto tiene que limpiar en este aspecto.
Mi respuesta a la foto del PES 2017 y esta no es un FAKE ,besos ,abrazos y amapolas amigos, disfrutad de la vida?????. pic.twitter.com/Nst7Pi0i9H
? GUTI (@GUTY14HAZ) 21 de septiembre de 2016
De esta forma, Guti, como en una pelea de colegio, decidió levantarse del barro y recuperar el orgullo herido de la forma más triste posible: utilizando a su esposa como arma arrojadiza, como quien farda de Ferrari para demostrar su poderío económico. La respuesta de los aficionados, por cierto, fue similar a la que reciben los vídeos del adalid hetero patrio, Julio Iglesias: "Guti tío, eres un crack". Y es que con un público así, pasará mucho hasta que dejemos de ver cómo se utiliza a una mujer para curar la virilidad perdida del machito de turno.
La homofobia en el fútbol, una triste tradición
Bien lo sabe Cristiano Ronaldo, quien, tras pasar unas vacaciones en un yate con algunos de sus amigos, fue víctima de ataques de prensa y aficionados, que opinaban que la actitud entre CR y algunos de sus colegas era "demasiado cariñosa". Los calificativos, entre los que destacaba el de 'maricón', inundaron las redes sociales los días posteriores. Aunque esta no fue la primera vez que le sucedía al portugués: ya cuatro años atrás le recibían en multitud de estados de Primera División con calificativos como 'Barbie' o 'maricón', debido al sumo cuidado con que el luso trataba su estética. Lo que antaño se llamó 'metrosexual' y que muchos, aún, siguen relacionándolo con una tendencia sexual determinada.
Hace menos, un árbitro de categorías inferiores volvió a poner el foco en la homofobia en los estadios de fútbol. El colegiado, el primer árbitro profesional abiertamente gay de España -y no es difícil preguntarse por qué- fue víctima de humillaciones, insultos e incluso amenazas por su condición sexual.
Sin embargo, y como veíamos en el caso de Cristiano Ronaldo, no es necesario ser abiertamente gay para recibir acoso homófobo en los terrenos de juego: basta con aparentar aquello que algunos, en su afán de hablar del colectivo homosexual como un grupo homogéneo, denominan 'pluma'. Bien lo sabe José María Gutiérrez, más conocido como Guti, uno de los personajes más polémicos ligados a la historia moderna del Real Madrid.