Sara Geurts tiene 26 años, aunque a simple vista nadie lo diría: sufre una grave y rara enfermedad que impide que genere colágeno de manera natural y tenga la piel tan tersa como corresponde a su edad.
Sara, sin embargo, jamás se dejó achantar por ello. Cogió todos sus complejos, los mandó lo más lejos que pudo y tomó la mejor decisión de su vida: ponerse delante de una cámara para desafiar todos los estereotipos de belleza. Y ha triunfado como nadie.
"La gente no está acostumbrada a ver a alguien que no trata de encajar, que intenta reforzar por todos los medios su singularidad. Así que en cualquier momento se encargarán de hacerte sentir que eres un 'extraño'", ha relatado ante los medios.
La joven sufre el síndorme de Ehlers-Danlos en su variante más grave. Tan sólo hay ocho personas como ellas en el mundo que tengan el mismo trastorno. A ella le resulta completamente indiferente: no se siente extraña: "Cuando cumplí los 22 años vi que sucedían en mi cuerpo no eran todo lo 'normales' que considera la sociedad. Me entristece haberme sentido fea en algún momento".
Pero lo cierto es que su vida nunca fue fácil. El médico ya la diagnosticó con tan sólo 10 años y para ella, la experiencia resultó todo un mazazo: "En la escuela secundaria trataba de ocultarlo. No quería que nadie me hiciera pregutnas al respecto. No quería hablar de ello, pero luego aprendí a aceptarlo y a querer a mi cuerpo como es", ha confesado ante los medios.
Después de mucho esfuerzo mental, la joven ha aprendido a quererse tal y como es, a aceptar su enfermedad y a dar una lección a toda una sociedad que impone un modo de belleza que nos bombardea diariamente con carteles, anuncios, comentarios, etc.
Ahora, Sara Geurts se ha postulado a sus 26 años como una de las máximas impulsoras y exponentes del 'body positive': la capacidad y el trabajo para que todos amemos nuestra fisonomía tal y como es, y no 'tal y como debería de ser' según algunos medios.
Después de mucho sufrimiento, de haber oído muchas críticas y de tener problemas para mirarse en el espejo, Sara Geurts ha alcanzado a sus 26 años lo que a mucha gente le lleva toda una vida: desafiar a los cánones de belleza y aceptarse tal y como es. Todo un ejemplo de lucha.