La Semana Santa ha supuesto el colofón para la parroquia del Espíritu Santo, en el barrio de Baix Guinardó (Barcelona). La Misa del Domingo de Resurrección celebrada este domingo 31 de marzo fue su último servicio y, tras su cierre definitivo, se prevé su demolición inminente.
Durante los últimos días se han producido varios movimientos para intentar evitar el cierre de la parroquia, que incluyeron una recogida de firmas y la formación de la Asociación de Amigos del Templo Parroquial del Espíritu Santo.
Los fieles se congregaron durante la última misa oficiada en esta iglesia, donde se han sucedido los rezos y ritos litúrgicos antes de que el templo haya sido finalmente clausurado de forma definitiva. No se ha podido evitar su clausura y, ahora, se prepara un nuevo uso para este lugar.
Una facultad
La demolición del templo es inminente y sobre el solar se prevé la construcción de la nueva facultad de Medicina, que cuenta con el respaldo de la Fundación Blanquerna y el Arzobispado de Barcelona, que han mostrado su apoyo al proyecto desde 2022.
La comunidad parroquial del templo clausurado podrá continuar su actividad religiosa en la iglesia del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, sin cambiar de distrito, mientras se ejecutan las obras para la construcción del nuevo complejo educativo.
La nueva facultad también prevé contar con una pequeña capilla y un espacio parroquial dentro de sus instalaciones. La parroquia será completamente derribada y no se prevé ninguna protección para su emblemático vitral de 200 metros cuadrados, diseñado por el taller Raventós en 1965, que se perderá tras el derribo.