Las Elecciones Europeas dejan un parlamento escorado a la derecha con un aumento de la influencia de los partidos de la extrema derecha y un Partido Popular Europeo (PPE) inflado que ha asumido muchos de los discursos y banderas ultras en materia de inmigración, seguridad y rechazo a las medidas contra la crisis climática.
La derechización de los conservadores y de ciertos partidos socialdemócratas no ha servido para contener la ola ultraconservadora. Desde posiciones marginales que defendían la salida de la Unión Europea, el crecimiento de estos partidos les ha permitido cambiar de estrategia: ya son pocos los que quieren un nuevo 'Brexit', apuestan más bien por construir una nueva Europa a medida de sus principios.
Según los datos preliminares, el PPE aumenta en ocho escaños y repite como primera fuerza del Europarlamento con 184 asientos. Les siguen los socialistas europeos, con 139 escaños, los mismos que en 2019, aunque la suma de los escaños de todos los partidos de extrema derecha darían lugar al segundo grupo parlamentario en Bruselas.
Sin embargo, esto no es así por las divisiones internas entre los Conservadores y Reformistas Europeos (CRE), liderados por la presidenta italiana Giorgia Meloni, y el grupo Identidad y Democracia (ID), capitaneado por Marine Le Pen. Según los resultados provisionales, el ID crece nueve escaños, mientras que el CRE aumenta otros cuatro.
Al resultado de estos dos grupos de extrema derecha del Europarlamento, que han obtenido juntos 131 escaños, habría que añadirles los 15 diputados del partido ultranacionalista alemán, el AfD, y los 11 del Fidesz, del primer ministro húngaro Viktor Orbán, ambos en el grupo de los no adscritos después de haber sido expulsados del ID y del PPE respectivamente.
Si se suman los escaños de los dos grupos de extrema derecha con los del AfD y el Fidesz, los partidos ultra han obtenidos 157 escaños, solo 27 menos que el PPE. Uniendo estos asientos con los de otros pequeños grupos ubicados en el mismo espectro político la suma podría llegar hasta 175 diputados, nada menos que el 25% de la cámara.
Victoria ultra en Francia, Italia y Austria
Las consecuencias de estas elecciones no han esperado a los resultados oficiales. Dos horas antes de que las proyecciones electorales se vieran confirmadas por el recuento real, el presidente francés, Emmanuel Macron, anunciaba la disolución de la Asamblea Nacional y nuevas elecciones.
La victoria del partido de ultraderecha Agrupación Nacional, de Marine Le Pen, que dobló en votos al Renassaince de Macron, hacía inviable la legislatura para un partido que solo ha contado con el 14,5% de los apoyos según los datos provisionales. "No puedo hacer como si nada hubiera pasado", declaró el presidente.
No es la primera vez que Marine Le Pen gana las europeas. Ya lo hizo en 2019, con 5,2 millones de votos, el 23% del total. En 2014 también fue el partido más votado, con 4,7 millones, el 24%. Entonces no consiguió trasladar estas victorias al Eliseo. Ahora, con el 31,4% del voto, 12 eurodiputados más y elecciones anticipadas a la vista, todo indica que puede ser diferente.
La situación en Francia no es excepcional. El voto de la extrema derecha ha aumentado en casi todos los países. También en España, donde VOX ha crecido tres puntos —del 6,21% al 9,62%—, ha conseguido pasar de cuatro a seis escaños y se ha convertido, de lejos, en la tercera fuerza más votada. Todo ello sin agotar el espacio electoral de la extrema derecha: la nueva formación del agitador ultra Alvise Pérez ha obtenido otros tres escaños y 800.000 votos.
Austria es otro de los países en los que la ultraderecha ha ganado las europeas. Con un 25,7%, el Partido de la Libertad (FPÖ) obtuvo, según las proyecciones, diez puntos y tres escaños más que en 2019 y se sitúa como el partido más votado, todo ello con un discurso ultraconservador y antiinmigración.
La líder ultraderechista Giorgia Meloni también ha ganado las elecciones en Italia, donde los sondeos apuntan a una holgada victoria con el 28,6% de los votos y 14 escaños más. La también ultraderechista Lega, de Matteo Salvini, ha perdido 14 escaños, aunque sigue captando el 8,8% de los votos.
En los Países Bajos, la extrema derecha del Partido por la Libertad (PVV), de Geert Wilders, ha crecido en seis escaños —no obtuvo ninguno en 2019— y ocupa el segundo lugar con el 17,7% de los votos, según los resultados provisionales. Desde este mayo, con la promesa de aprobar "la ley de migración más dura de todos los tiempos", este partido xenófobo y ultranacionalista gobierna en Holanda.