¿Eres muy de Navidad? Hemos de reconocer que hay gente con todo tipo de gustos, y que por norma general solemos negar que nos gusten estas fiestas. Aunque lo cierto es que a todo se acostumbra el cuerpo. Una etapa de vacaciones siempre reconforta, y más aún si viene acompañada de celebraciones familiares, comidas copiosas, fiesta o decirle adiós al año en buena compañía. Sin embargo, todo lo que viene se acaba yendo, y en muchas ocasiones nos puede dejar mella.
Al igual que es tremendamente conocida la depresión post-vacacional en verano, no sabemos mucho acerca de la depresión navideña. Porque si bien el malestar tras un viaje veraniego es complicado de llevar, nadie quiere empezar el año con mal pie. Por ello hay que buscarle solución a la tristeza asociada al fin de las navidades.
Muéstrate como eres
Una de las principales causas de esta depresión navideña suele ser no desahogarse en familia. Pero en estas fiestas tan señaladas, también hay que tener en cuenta la falta de algún conocido o la retrospectiva de un año que no haya ido muy bien, precisamente estas fechas deben ser el principal momento para el desahogo. No hay que temer al lloro o la emoción, ya que no hay mejor ocasión para expulsar tensiones que hacerlo en familia.
A su vez, para mucha gente la Navidad supone una época de compromisos interminables. Ante esto, la gran solución es ser tú mismo. Huye de esa cena de Navidad de la empresa si no te apetece, o di no a esas copas con tus compañeros de la escuela si ya no te hace tanta ilusión. Todo lo que sea realizar actividades a disgusto jugará en tu contra.
El invierno nos afecta
No queremos ser el Grinch ni mucho menos, pero sí es verdad que la Navidad aglutina una serie de factores que pueden afectar a nuestro ánimo. Junto a los compromisos y la nostalgia, incluso las horas de sol pueden desequilibrar nuestro autoestima.
Y es que el solsticio de invierno suele coincidir con el pistoletazo de las navidades, y esta reducción de horas de sol pueden terminar por alterar tu sueño, irritarte o incluso generarte tristeza. Este es un problema del invierno, no de la navidad, pero todo se junta desde el día en que el sacamos el árbol y el Belén. La solución estará en descansar, aprovechar los días, y buscarle el punto positivo a las noches. En cuestión de días tu cuerpo se hará al nuevo horario y la susceptibilidad será menor.
No te preocupes, es pasajero
Igual que la navidad llega y se va, su depresión también. Es importante diferenciar este problema de un problema serio de ansiedad, el que sí debe abordarse con ayuda médica. Para este malestar post-navideño, la rutina te llevará de nuevo a tu estado normal. La cuesta de enero es dura, pero las rebajas terapéuticas. Acaba con las sobras cuanto antes y evita tener más de un polvorón a la vista. Nada más acabes el roscón de Reyes, es momento de pasar página.
Propónte retos, cambia ligeramente tu rutina y verás como en cuestión de días tu cabeza pasa de la navidad a lo cerca que está el carnaval. Todo son ventajas.
