El colectivo Qailu ha denunciado el despido de una trabajadora de un chiringuito en Badalona por llevar pelo en las axilas. Esto sucedió el pasado 25 de julio, cuando un cliente se quejó y el chiringuito pidió a la camarera que se depilase o llevase manga larga. Días después fue despedida. A día de hoy, tanto la trabajadora como el chiringuito implicados van a tener un diálogo para resolver el conflicto.
El dueño del chiringuito niega que el despido esté motivado por este asunto y sostienen que fue a causa de su "conducta conflictiva". Xavier Grivé, el dueño del local, aseguró: "Te he echado porque eres una persona conflictiva y yo así no te quería en mi equipo". En un comunicado de Instagram, el chiringuito Kailua ha informado: "Estamos dispuestas a esclarecer completamente esta situación".
Por parte de la denunciante, ha emitido un comunicado a través del colectivo LGTBI de Badalona "Qailu" en que asegura haber "aceptado un diálogo donde tratemos, trabajadores y empresa, de llegar a una solución justa y consensuada, y sobre todo con la certeza de que ninguna otra persona se vea en una situación de riesgo laboral por ser quien es".
Comunicado del colectivo
La organización ha declarado: "Ante los hechos ocurridos después de la emisión del comunicado de ayer, hago saber por medio del colectivo Qailu, el cual ha sido mi altavoz durante este proceso, que se está llevando a cabo un diálogo entre la empresa y el sindicato que me representa (CNT-AIT), en el cual se está poniendo encima de la mesa las siguientes acciones: el reconocimiento de errores cometidos por parte de la empresa, la predisposición a reparar daños, la negociación de una posible indemnización según marca la ley, y lo más importante, que nunca más vuelva a ocurrir lo que ha pasado".
Según ElPeriodico.com, entre las condiciones de negociación que se barajan se encuentra una carta pública de asunción de errores por parte de la empresa, el compromiso de que no volverá a ocurrir un suceso similar, y "una posible indemnización económica (que podría ser de unos 2.400 euros)"
Fuentes del chiringuito han negado que el despido de la trabajadora se debiera a su aspecto físico. Sin embargo, han admitido que hubo una "mala gestión de la situación" a partir de la queja de unos clientes por el vello de la chica. Explicaron que "no se gestionó bien y se planteó cambiar el protocolo de vestimenta, pero no hubo ninguna discriminación".
Uno de los propietarios de Kailua contó que "a la trabajadora se le comunicó un cambio de protocolo. Ella lo aceptó y se llegó a depilar de motu propio pero a los dos días cambió de opinión diciendo que no le parecía bien. A partir de ahí, ella se mostraba conflictiva y fue cuando uno de los encargados le dijo que ya no podían contar más con ella".