El denunciante de la supuesta agresión homófoba denunciada en el madrileño barrio de Malasaña ha confesado que las lesiones que tiene en su cuerpo son consentidas, según ha confirmado la Policía Nacional.
Desde el inicio de la investigación, los agentes sospechaban porque el joven no quería denunciar de entrada y había sido arrastrado por su actual pareja hasta la comisaría. La pareja aseguró ante losa agentes que le había comentado cómo había llegado herido a casa, la misma versión que dio a su compañero de piso y a los agentes. No denunciaron hasta las 17:00 horas del mismo domingo. Por el camino se toparon con un coche patrulla de la policía, le detuvieron y la presunta víctima contó a los agentes lo que supuestamente le había ocurrido, por lo que le invitaron a poner una denuncia inmediatamente.
Rápidamente, se sumaron al caso la Fiscalía de delitos de odio y agentes de la Brigada Provincial de Información de Madrid, pero ninguno daba con datos como sospechosos, testigos o posibles detenidos. Ni siquiera indicios o las ropas que pudieran llevar en el momento de la agresión. Al ver que solo podían contar con su testimonio, decidieron repetir la declaración.
El joven ha mantenido un largo interrogatorio a lo largo de este miércoles 8 de septiembre. Los agentes habían tratado de corroborar su testimonio con el visitando de las cámaras de seguridad cercanas y la búsqueda de testigos, pero había algo que no cuadraba, ya que no había imágenes de los autores ni testigos que los hubieran visto.
Al final del interrogatorio de este miércoles, el joven finalmente ha confesado que las lesiones fueron, realmente, consentidas. Que se las infligió una persona con la que estaba manteniendo relaciones y que, en ningún caso, se trataba de una agresión contra su voluntad.
Este hecho podría constituir un delito de denuncia falsa, si bien en este caso no iba dirigido en contra de ningún particular; así como otro de simulación de delito, que es el que realmente se contempla. El artículo 457 del Código Penal recoge que la simulación de delito se produce cuando una persona "simulare ser responsable o víctima de una infracción penal" o "denunciare una inexistente, provocando actuaciones procesales" y prevé multas de seis a 12 meses en función de la cuantía que se le imponga.
Las diligencias policiales apenas habían aportado luz sobre el caso. La zona es una de las más transitadas de la capital, llena de terrazas y transeúntes, además de cámaras de seguridad. No había ningún registro ni testigo que identificase a los supuestos autores de la agresión.
Además, ha sido cuestionado en hasta tres ocasiones, pero los agentes consideraban que no estaba colaborando lo suficiente y, de hecho, apreciaban muchas lagunas en su relato. El joven ha afirmado que es falso que haya una manada de ocho personas atacando en el barrio, por lo que quiere dejar claro a la comunidad LGTBI de Malasaña que puede estar tranquila.
La denuncia
El joven dijo que el acto se había producido en su portal, cuando regresaba a su vivienda, y que los ocho sujetos le esperaban en el interior. Todos, según su testimonio inicial, iban con los rostros tapados y no pudo identificarlos. Tampoco sabía qué acento tenían, si español o extranjero, tan solo que le habían gritado "maricón", "comemierda" y "asqueroso".
El joven, que sí es homosexual, ahora se muestra completamente aterrado con las consecuencias que pueda tener para él su relato. A los investigadores les extrañaba especialmente que no pidiera ayuda en ese momento. Ni siquiera a sus vecinos, que no oyeron nada en el portal. Tampoco al 091 o al Samur.
De hecho, el joven tardó cinco horas en poner los hechos en conocimiento de la Policía Nacional. Se presentó alrededor de las 22:30 horas en la comisaría de la calle Leganitos, sin compañía.
