El Comité de Médicos para una Medicina Responsable, una organización sin ánimo de lucro establecida en Washington, ha denunciado ante la Comisión de Bolsa de Valores de Estados Unidos la muerte de una docena de primates en las pruebas de implantes cerebrales de Elon Musk.
El grupo pide una investigación para esclarecer las implicaciones de este caso, relacionado con los desarrollos que está realizando la empresa tecnológica estadounidense Neuralink.
Se trata del proyecto Interfaz Cerebro-Computadora Precisa Implantada Robóticamente (PRIME, en sus siglas en inglés), que tiene como objetivo recuperar el control en personas con lesiones de la médula espinal cervical o con esclerosis lateral amiotrófica (ELA).
Musk promete revolucionar las prótesis con un implante que permita comunicarse de forma inalámbrica con dispositivos artificiales.
Implantes cerebrales
Neuralink se fundó en 2017. Su desarrollo de implantes cerebrales comenzó 12 meses después y el escándalo con experimentos animales estalló un año después, cuando la agencia Reuters indicó que la empresa había sacrificado alrededor de 1.500 animales, incluyendo 280 ovejas, cerdos y monos que padecían trastornos de alto sufrimiento antes de morir.
El pasado 10 de setiembre, Elon Musk reconoció el fallecimiento de los macacos, pero negó que estuvieran derivados de los implantes de Neuralink. La empresa ya ha recaudado más de 280 millones de dólares procedentes de inversores externos por estos dispositivos.
Con todo, la firma se encuentra cada vez más cerca de instalarlos en personas, algo que el propio Elon Musk ha anunciado en su red social X, antigua Twitter: "A largo plazo, Neuralink espera desempeñar un papel en la reducción del riesgo de la inteligencia artificial para la civilización, mejorando el ancho de banda desde el humano a la inteligencia artificial (y de humano a humano) en varios órdenes de magnitud. Imaginen si Stephen Hawking hubiera tenido esto".