Estamos habituados a hacerlo: llega el final de una dura jornada, llegamos a nuestra casa y echamos un breve vistazo al móvil. Al mirar en la parte superior de la pantalla, nos encontramos el mensaje del desastre: 2%. "Tranquilo, has llegado a casa, así que déjalo cargando y a dormir", te dices a ti mismo.
¿Estás acostumbrado a realizar ese gesto? Pues quizás, estás cumpliendo todas las papeletas para acabar con la vida de tu móvil. El problema de todo ello surge porque la batería se puede ver especialmente dañada por esta práctica, lo que puede poner en peligro la supervivencia del smartphone.
A pesar de que la industria nos recuerda que los teléfonos móviles cuentan con un chip inteligente capaz de detener la carga del terminal en el momento en el que se encuentra al 100%, éste puede dar problemas y nuestra batería puede sufrirlos.
El problema de todo ello parte de la vida útil de las baterías de los teléfonos, que básicamente se mide en 'cargas'. De hecho, a partir de un determinado número de ciclos, el fabricante no puede asegurar que los dispositivos puedan continuar con las mismas características del principio.
Por ello, los expertos recomiendan que se mantengan a las baterías en un rango de entre el 10 y el 80%, y que no salgamos de ellos (excepto de manera ocasional, cuando dejaremos que se descargue y cargue al completo, para regular los niveles de carga).
Además, si dejamos durante un tiempo prolongado la batería conectada a la corriente, corremos el peligro de que el teléfono supere una temperatura de 35ºC, lo que implicaría que la batería comenzase a deteriorarse, tal y como afirma la propia web de Apple. A todo ello, contribuye el hecho de poseer fundas que no permiten la dispersión del calor, por lo que éste se puede acumular y comenzar a dañar el teléfono con el tiempo.
De esta forma, si no cumplimos con todas estas advertencias, las baterías no alcanzarán los dos años de vida. Algo que en Estados Unidos no es problema, ya que las compañías acostumbran a regalar terminales con 24 meses de permanencia, tal y como antes sucedía en España. Pero esta práctica, sin embargo, ya no existe en nuestro país, por lo que es recomendable tener cuidado si no queremos vernos con un gasto imprevisto en nuestra cuenta bancaria.