"Si crees que soy homosexual, déjame a tu mujer y te lo demuestro". Lo que en teoría se trataba de una broma entre compañeros de trabajo que incluso compartían vehículo para desplazarse hasta su vivienda terminó por tornarse en una pesadilla.
Todo terminó en golpes y con uno de ellos hospitalizado tras sufrir graves lesiones que le dejarán secuelas durante el resto de su vida: se encuentra en estado de coma vigil, tetrapléjico y en estado vegetativo.
Los hechos que ahora se están juzgando ocurrieron sobre la una de la madrugada del 31 de diciembre de 2018 en la avenida del Mercado de Marbella. La víctima, que ahora tiene 49 años, fue encontrada completamente inconsciente en el asfalto, según publica Diario Sur.
Junto al herido, encontraron su coche arrancado y aparcado sobre la acera. Nadie declaró haber visto nada de lo sucedido, por lo que no había testigos, aunque era evidente que había sufrido algún tipo de agresión violenta.
El Grupo de Homicidios de la Policía Nacional de Marbella se hizo cargo de la investigación, un trabajo difícil, al no contar siquiera con el testimonio de la propia víctima, que ingresó en estado crítico por las graves lesiones que sufría en la cabeza.
No ha recuperado el conocimiento desde entonces, puesto que su estado se corresponde con un coma vigil: abre los ojos, sin interrelacionarse con el resto, ni recibir órdenes o intercambiar ningún tipo de comunicación.
La clave: su identificación
Los agentes pudieron identificar a la víctima como el cocinero de un restaurante bien posicionado en la zona del Puente Romano, así como otro hotel turístico, tal y como publica Diario Sur. La noche en la que sucedió la agresión había salido de trabajar y se dirigía a casa, cuando algo hizo que detuviera su coche y lo dejara mal aparcado en la acera... hasta que sucedió el incidente.
La reconstrucción del viaje es clave en el desarrollo del juicio y se basa en que la víctima llevaba a otros tres compañeros de trabajo a los que también iba a dejar en sus propios domicilios. Precisamente, uno de ellos tardó algo más de lo normal en llegar a su puesto de trabajo al día siguiente que el resto.
Se trataba del ayudante de cocina, un hombre de 24 años. Reconoció a uno de sus compañeros, que había discutido con la víctima y se habían peleado. La versión que siempre ha mantenido es que lo dejó apoyado sobre el coche.
Poco antes de las 20:00 horas del 31 de diciembre, la Policía Nacional le detuvo como principal sospechoso de la agresión, acusándole de haber dejado gravemente herido a su compañero de trabajo. Se le ha investigado y se le acusa ahora, por homicidio en grado de tentativa.
La reconstrucción de los hechos.
Las pesquisas policiales señalan que dentro del vehículo se gastaron algunas bromas y que empezaron a picarse entre ellos hasta que, posteriormente, la conversación empezó a tornarse en una bronca. Sobre todo, cuando dos compañeros bajaron del coche, momento en que víctima y supuesto agresor quedaron solos continuando el viaje.
El investigado reconoce que, ante los compañeros de sus compañero, reconoció que si creía que era gay, le dejase a su mujer. Ese fue, supuestamente y según su versión, el detonante de la pelea que les llevó a bajarse del coche.
La Fiscalía afirma que el acusado propinó varios puñetazos en la cabeza y en la cara a su víctima "con la intención de acabar con su vida", lo que le hizo caer al suelo y, luego, abandonó el lugar de los hechos, dejándolo malherido.
Por estos hechos, la víctima sufrió un traumatismo craneoencefálito con pérdida de conocimiento, fractura de la bóveda craneal con hemorragia interna, deformidad en la mano derecha, fractura de la mandíbula y traumatismo facial. Tras varias intervenciones, ha quedado en coma vigil, estado vegetativo y tetraplajia con origen cerebral, además de pérdida de sustancia ósea craneal.
La pena que pide la Fiscalía, la familia de la víctima y la defensa
Por todos estos hechos, la Fiscalía pide una condena de ocho años de prisión, así como le prohíbe acercarse a la víctima a menos de 500 metros o comunicarse con ella durante una década. También, una indemnización de 392.000 euros por las secuelas y 24.000 euros por sus cuidados por cada año que permanezca vegetativo.
La familia de la víctima, por su parte, pide la misma pena de prisión y alejamiento que la Fiscalía, pero eleva las indemnizaciones hasta el millón de euros y 50.000 euros anuales para los cuidados que necesitará el paciente.
Por su parte, la defensa muestra su disconformidad hacia el relato que han realizado las acusaciones en el juicio y pide que se considere la eximente de la legítima defensa y las atenuantes de arrebato y confesión, por lo que finalmente pide la libre absolución del investigado.