Lo que podía haber acabado en tragedia, acabó siendo un milagro para Galo, un hombre que fue degollado en su piso el pasado 8 de mayo. "Dios no quiso que muriese", afirma aliviado el ciudadano de origen ecuatoriano. En una entrevista para El Español, la víctima relata qué fue lo que originó el brutal enfrentamiento que llevó a su hospitalización en estado crítico en el Hospital de los Arcos de San Javier, en Murcia.
"Mi compañero de piso me quiso degollar", explica Galo al citado medio. Hay ocasiones en las que la convivencia en un piso no es tarea sencilla, pero este hecho traspasó toda frontera. El ambiente de crispación en el piso llevó a que el hondureño Hernán acabara degollando a Galo cuando este le pidió que hiciera algunas tareas de la casa.
Atacado por pedir ciertas reglas de convivencia
Todo ocurrió en un piso de la calle Mayor, en un municipio murciano. El propietario del piso se dedica a alquilar las cuatro habitaciones del inmueble a inmigrantes que tratan de labrarse un futuro trabajando. "Pagamos 150 euros al mes por habitación", explica Galo. Él trabaja en una empresa de servicios agrícolas, donde trabaja muy duro para que a su hijo no le falte de nada.
Los problemas llegaron cuando su compañero llegó al piso. "Hernán llegó al piso en marzo", explica. "De lunes a viernes, hay que mantener limpio el aseo, recoger la cocina cuando uno se hace de comer, fregar los platos, los fines de semana hay que hacer limpieza a fondo...", enumera Galo las reglas de convivencia que había en el piso.
Parece que estas reglas no eran respetadas por Hernán. "Nuestra relación era normal, pero siempre veía que se dejaba la cocina sin limpiarla después de comer [...] llegó un momento en el que le pedí que hablásemos en la cocina. Y le dije: 'Así no se puede vivir, tienes que mejorar la limpieza y el orden' ".
Desde ese momento, la tensión entre ambos compañeros de piso se acrecentó. "Invitó a comer a su cuñada y a su prima y no recogió nada. No sé si lo hizo adrede. Otro día, cuando llegué de trabajar por la tarde, me encontré que el grifo del aseo estaba abierto desde por la mañana", relata Galo.
Estalló el conflicto
Finalmente, el domingo 8 de mayo tuvo lugar el enfrentamiento. "El domingo cuando regresé al piso, sobre las diez y media de la noche, me encontré a Hernán con un amigo, tomando una cerveza en el salón. Entonces, le dije que era tarde para estar con la música porque el lunes yo tenía que levantarme a las cinco y media de la madrugada para ir a trabajar", relata Galo.
Fue entonces cuando Hernán le reventó una botella de cerveza en la cabeza, haciendo que Galo se precipitara al suelo. "Después, cogió un cuchillo de cocina para degollarme con la complicidad de un amigo, que se encargaba de agarrarme de las piernas para que no me pudiese mover". El amigo que presenció la escena ayudó a Hernán a contener a Galo mientras este era agredido brutalmente.
"Alcancé a defenderme metiendo un dedo de la mano izquierda en la garganta para que no me cortase la yugular y cuando empecé a sangrar por el cuello, me hice el muerto para que no me rematase", explica Galo. De no haber sido por sus rápidos reflejos, ahora no podría contar esta historia. Cuando uno de lo compañeros de piso llegó, corrió rápidamente a auxiliar a Galo y juntos fueron urgencias.
Los sospechosos trataron de huir
Ambos agresores salieron huyendo cuando el compañero de piso que auxilió a Galo llamó a los agentes de policía. Uno de ellos se ocultó en un ascensor del bloque y el otro en casa de unos familiares. Fue entonces cuando la policía los arrestó y encontraron el cuchillo con el que se había cometido el intento de asesinato a Galo.
"Solo le dije que hiciese sus labores como inquilino. Se lo dije de buenas maneras, le fastidió y quiso asesinarme con la ayuda de su amigo". Parece que la convivencia no está hecha para todos.