"En ese momento estaba totalmente en shock, no sabía qué hacer, quería que todo pasara rápido y cerré los ojos para no enterarme de nada..." . La víctima de 'La Manada', los cinco presuntos violadores que cometieron un abuso sexual en los Sanfermines de 2016, ha relatado cómo sucedieron los hechos durante el juicio en unas declaraciones escalofriantes que concuerdan con lo expuesto desde el día cero a la actualidad y que han sido recogidas por el Diario de Navarra.
Ante las preguntas de la fiscal y los letrados, la chica asegura que en ningún momento hubo ningún tipo de conversación sobre sexo y que su única intención era reunirse con un conocido para continuar la fiesta. Ante la imposibilidad de concertar una cita con este testigo debido al ruido que se escuchaba cuando lo llamó, decidió volver a su coche para descansar y así se lo anunció a los chicos sevillanos acusados que conoció mientras se encontraba en un banco sola.
El relato de la víctima
Ellos, según el relato de la joven, decidieron acompañarla y la siguieron en su camino. "Me había quedado sola", aseguró, y por eso emprendió el camino a su vehículo. Durante este paseo, la víctima iba conversando con uno de los jóvenes. Los amigos de este, mientras tanto, buscaban habitación en un hotel. Ella desconocía que fuera para tener sexo, como así lo aseguraron los detenidos y pensaba que la querían para dormir puesto que ellos le habían dicho que no tenían alojamiento.
Más tarde, uno de los chicos se acercó a hablar con una vecina que timbraba en un portal. El joven que hablaba con la denunciante la besó ante la incredulidad de ella, pero no opuso resistencia. Acto seguido, él y uno de sus amigos la introdujeron con una fuerza "mínima" agarrándola de las dos muñecas al portal. A ella le sorprendió la forma en la que la introdujeron aunque en ningún momento pensaba que iba a suceder lo que luego sucedió. Simplemente creyó que entraban a "fumar porros".
"Recuerdo la puerta, llegamos al cubículo ese, y fue cuando empecé a sentir más miedo. Me vi rodeada por aquellos cuatro, noté que me quitaban la riñonera, el sujetador y me desabrochaban el jersey atado a la cintura. Empecé a sentir más miedo cuando me agarraron de la mandíbula y me acercaron para hacer una felación y otro me agarraba de la cadera y me bajaba los leggins", relataba ante el tribunal que juzgaba a los cinco acusados.
Ante las preguntas de los letrados, la víctima asegura que en ningún momento consitió las relaciones ni hubo ningún tipo de conversación sexual (como aseguraron ellos en su defensa) cuando se conocieron en la plaza ni tampoco durante el camino hasta el portal. Según ella, toda la conversación giró en torno a las fiestas y a los tatuajes que tanto ella como el sevillano con el que hablaba tenían.
La adolescente presuntamente violada cerró los ojos para evitar ver lo que estaba sucediendo y ante la pregunta del tribunal sobre si había alguna posibilidad de escapar, la chica aseguró que no le daba la cabeza para pensar como salir de allí. "Me sometí para que acabara", sentencia.
Cuando los jóvenes terminaron de abusar de ella, la abandonaron a su suerte dentro del portal y le robaron el teléfono móvil. La víctima se sintió desamparada y al percatarse de que no tenía el dispositivo entró en pánico puesto que su único deseo era contactar con el amigo con el que había venido de Madrid y que se había marchado a su coche a descansar debido a que había conducido durante todo el viaje hacia Pamplona. Tras salir llorando del portal, se dirigió a un banco por una calle en la que no había gente. Allí, se le acercó una pareja que la atendió y que ha testificado y ratificado los testimonios durante el juicio.
Sentimiento de culpa
La presunta víctima de 'La Manada' ha asegurado ante el tribunal que los días posteriores le entró un sentimiento de culpabilidad. "Al llegar a mi casa, a los días sentía mucha culpabilidad. Pensaba que podía haber hecho más, que les estaba jodiendo la vida a cuatro personas, que era mi culpa lo ocurrido...". Incluso estuvo dándole vueltas a varias razones por las que ella era la única culpable de todo.
"Porque me podía haber ido, porque no tenía que haberme puesto a hablar con gente que no conozco, porque me separé de mi amigo, porque me quedé sola en una ciudad que no conozco. Me sentía muy culpable, se me quitaron las ganas de hacer cualquier cosa y necesitaba respirar. En mi cabeza estaba todo el rato pensando en esto e incluso cuando estaba de fiesta me ponía a llorar y no podía parar. No hablaba del tema y a la vez buscaba noticias para encontrar una explicación lógica. Tenía pesadillas, insomnio, problemas de concentración. He sido buena estudiante y no me presenté a los exámenes porque no era capaz de centrarme".
Asimismo, la joven que entonces tenía 18 años aseguró que continuó con su vida normal y que incluso se fue de viaje porque así se lo recomendaron los psicólogos. Durante todo este tiempo ha estado acudiendo a varias citas tanto individuales como grupales con estos profesionales.
Este testimonio demoledor ha sido constante y se ha mantenido a lo largo del tiempo sin apenas variaciones. Tras culpabilizarse, la chica afirma que presentó la denuncia porque los únicos culpables de la violación fueron los cinco acusados. "Les denuncié porque habían cometido un delito, porque hicieron algo que yo no quería hacer", resume la adolescente.