A nadie le amarga un dulce. Y mucho menos si es un cruasán de mantequilla, pequeño y esponjoso, con chocolate por encima o sin él. Por su sabor o por su tamaño, los manolitos son los cruasanes más famosos de España. Pero lo sentimos, esta noticia puede decepcionar a muchos golosos y fans del dulce para desayunar, después de comer o merendar.
Empecemos por el principio. José Manuel Manzano Gómez, más conocido como Manolo, es el jefe desde hace treinta años de una de las pastelerías más famosas de Madrid, situada al norte, en Colmenar Viejo. Él aprendió el oficio de su padre, el mismo que echó a la masa del cruasán mantequilla sin querer, según cuenta la leyenda. Así ha explicado El Diario la verdadera historia de cómo estos cruasancitos se han hecho famosos en toda España.
De la tienda en Colmenar surgieron otras allí y en Tres Cantos y, luego, con la entrada de nuevos socios e inversores, entre ellos futbolistas como Álvaro Morata, Thiago Alcántara o Sergio Busquets, se abrieron franquicias hasta sumar 21 locales 'manolos' en toda España. Ahora se venden 2 toneladas de manolitos al día. Al principio, quien quería probarlos tenía que hacer fila en la tienda de Colmenar, pero ahora la mayoría de los cruasanes se reparten en Glovo.
El secreto mejor guardado
El medio que da la noticia ha conseguido saber que Manolo presumía de un secreto que no es verdad. Los cruasanes que supuestamente eran "artesanales 100%" no se hacen en su obrador. El mismo pastelero cuenta que él inventó la receta, pero "cuando empezó la producción alta" habló con Europastry "para que me los hiciera. Ahora vienen congelados de allí". Secreto desvelado.
Europastry es una multinacional catalana, líder nacional y el cuarto operador de masas congeladas en todo el mundo. Por eso ahora es fácil encontrar sus productos en Granier o Starbucks. Y lo cierto es que el secreto mejor guardado de Pastelerías Manolo no comenzó hace tres o cinco años, ni siquiera cuando los cruasanes no habían dado el salto municipal. Este secreto "es así de toda la vida", desde hace 25 años, según cuenta Manzano a El Diario.
Manolo Bakes, la franquicia, tiene su horno principal en Madrid en una nave de 330 metros cuadrados en Mejorada del Campo. Pero la caja donde se transportan la firma Europastry S.A, con sede en Sant Gugat del Vallés. Desde el horno se distribuyen manolitos a casi toda la ciudad. Fue el empresario Pablo Nuño, y ahora CEO de Manolo Bakes, el que empezó con todo esto. Después de crear 'Crosancitos' para copiar los famosos cruasanes y perseguir la marca original, se encontró con los Manzano de frente y les convenció para unirse y crecer juntos.
El negocio de los cruasancitos
De esta manera las Pastelerías Manolo se quedaron en el negocio familiar como el que nacieron, con sus tiendas en Colmenar, Tres Cantos, Chamartín, Majadahonda y Alcalá. Y Manolo Bakes comenzó la expansión con un sistema de franquicias. El objetivo era que cada tienda tuviera su propio obrador, cambiaron de imagen y Nuño prohibió a Manolo salir en los medios para no pisar sus negocios. Eso sí, Manolo Bakes mantuvo eso de "artesanal" en su marca.
La verdadera realidad es que no todas las tiendas tienen su propio horno, y los cruasanes llegan a ellas un par de veces a la semana ultracongelados. Antes de entrar en la tienda se recubren de chocolate y se hornean. Y además, según un empleado consultado por el medio que da la exclusiva, también se les añade un colorante, aditivo de color entre amarillo y naranja, aunque la empresa lo niega.
25 gramos de dulce a 70 céntimos, lo que son 28 euros el kilo. El precio ha subido porque los manolitos siguen siendo uno de los postres más demandados por los madrileños y parte de España. Entre Patelerías Manolo y Manolo Bakes tienen treinta tiendas donde se comercializan estos cruasanes, y por eso, desde la empresa, consideran natural que se recurra a un gran proveedor. Lo cierto es que no son artesanales, pero lo que parece estar claro, es que manolitos solo hay unos. Muchos, pero únicos.