Los acontecimientos que rodearon la celebración del referéndum ilegal el pasado 1 de octubre han calado en la sociedad catalana. El miércoles 18 de octubre, diferentes entidades y organizaciones presentaron la iniciativa 'En Peu de Pau' (En Pie de Paz) con el principal objetivo de educar a los ciudadanos y las ciudadanas en la cultura del pacifismo cuando se produzcan concentraciones.
Este proyecto pretende trabajar en el mantenimiento del orden en todas las manifestaciones que se produzcan en la comunidad autónoma, sin llegar a convocarlas o posicionarse políticamente, aunque su nacimiento responde a una determinada postura política. Durante su presentación, la filósofa Marina Garcés lo denominó como un "espacio de inteligencia colectiva fundamentado en la confianza contra el mecanismo del miedo".
Respuesta a las agresiones policiales
La puesta en marcha de esta iniciativa es una respuesta al aumento de la "represión" por parte del Estado contra los independentistas, según explicó el director de la Fundación para la Paz, Jordi Armadans, al diario Público. El 1-O fue la semilla de creación que llevó a diferentes personas pertenecientes a distintos colectivos a meditar e impulsar esta plataforma.
"Fruto de una reflexión compartida sobre los hechos que vivimos en Cataluña últimamente, nos hemos encontrado personas y colectivos de diferentes sensibilidades para abordar la extensión y socialización de las legítimas acciones sociales y cívicas, de carácter pacífico y no-violento, que han caracterizado las movilizaciones de defensa de derechos y libertades fundamentales y las respuestas ante la deriva represiva del Estado". Con estas palabras, la página web de 'En Peu de Pau' explica el motivo del nacimiento y el objetivo que quieren conseguir.
Esta movilización respalda sus acciones en cinco decálogos distintos, unas cincuenta normas, con diferentes reglas y formas de actuación que deben seguir los manifestantes. "Ni una excusa a la carvena. Aquello que haces compromete a todo el movimiento, tanto si das una flor como si insultas o das un empujón. Tenemos que ser impecables en denunciar las provocaciones y actos violentos vengan de donde vengan"; "convertir la indignación en entusiasmo"; o "en las redes, como en la calle, no nos enrabietemos, no troleemos" son ejemplos de la normativa promovida.
Asimismo, en los decálogos forman a la gente sobre dónde colocarse o los accesorios corporales de los que tienen que prescindir. La regla número doce establece lo siguiente: "En la primera fila, las personas más corpulentas. Evitad llevar pendientes, piercings, collares y brazaletes o gafas. Recoged el pelo largo. Cantad canciones que refuercen la confianza y estableced una contraseña para marchar cuando la intervención policial os provoque un daño que ya no podáis soportar. Si os arrancan del grupo, podéis haceos el muerto, el peso aumenta y se dificulta y retrasa el desalojo".
Entre los entidades y agrupaciones que conforman 'En Peu de Pau' se encuentran agentes rurales, colectivos de bomberos, estibadores y campesinos, Òmnium Cultural, la Asamblea Nacional de Cataluña (ANC), Som defensores, Universitat per la República, Comitès en Defensa del Referèndum, entre otros. La mayoría de estas plataformas apoyan explícitamente la celebración del referéndum o al soberanismo en su conjunto, por lo que la idea inicial de "no posicionarse políticamente" queda desdibujada.
Entre los trabajos a llevar a cabo se encuentran la impartición de varios talleres para formar a las personas a que rechacen la violencia y actúen en colectivo pacíficamente para dar respuesta a las intervenciones policiales. Este aprendizaje pretende enseñar cómo resistir ante golpes policiales: sentarse en el suelo para "defender o bloquear el paso"; avanzar en grupo con los codos entrelazados en silencio y con mirada inexpresiva o, como explicaba la regla número doce, hacerse "el muerto" para que el peso aumente y sea más difícil para la policía desalojar un determinado lugar.
Esta estrategia por parte del independentismo ha surtido efecto. En los últimos años, Cataluña ha vivido un revulsivo en las calles con la convocatoria de grandes manifestaciones de aquellos que son partidarios de separarse de España. No son mayoría, según las encuestas. Sin embargo, esta "minoría" respetable ha sabido organizarse de manera efectiva para hacer mucho ruido y captar la atención de la clase política, los medios de comunicación y el resto del país, despreocupado hasta hace poco del conflicto catalán.
Incluso colectivos radicales como Arran, vinculado a la CUP, han rebajado su perfil violento en los últimos meses para no dar excusas al Estado para intervenir y desalojar las masivas concentraciones, así como su posterior demonización. Una estrategia que por ahora ha surtido efecto, pese a que todavía no hayan logrado la ruptura del mapa geográfico de España. Aunque, socialmente, ya se encuentre rota.