La selección española continúa su preparación para el Mundial, que arranca el próximo 14 de junio en Rusia. Este martes, sin embargo, tocaba cumplir con los actos protocolarios habituales en este tipo de citas antes de partir a Krasnodar. El principal, recibir al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que a pie de campo saludó uno por uno a los integrantes de la selección y les deseó suerte de cara al evento futbolístico más importante del mundo.
Al finalizar su discurso, los jugadores aplaudieron al presidente. Pero no todos. David De Gea, el portero titular de La Roja, se mostró impasible. Rostro serio, mirada a otro lado y manos en los bolsillos revelaban su disconformidad con la mera presencia de Pedro Sánchez. Rápidamente, el gesto se hizo viral y se convirtió en lo más comentado en redes sociales, dimisión de Rajoy aparte.
La historia de De Gea y Pedro Sánchez se remonta a junio de 2016, cuando El Diario adelantaba un informe policial en el que el propio De Gea, junto a Muniaín, estaban implicados en una red de prostitución y abuso de menores que encabezaba Ignacio Allende Fernández, más conocido como Torbe, tal y como señalaba una testigo protegida. Aunque las fuentes policiales todavía no esclarecían el nivel de implicación de ambos jugadores, el caso salpicó de lleno la concentración de la selección española, que se preparaba para la Eurocopa de Francia.
En ese momento, Pedro Sánchez era candidato a la presidencia del Gobierno para las elecciones generales del 26 de junio. En una entrevista para El Diario, Sánchez analizó el 'caso Torbe' y mostró su malestar con el hecho de que De Gea vistiera la camiseta de España: "Yo no me siento cómodo viendo a De Gea como portero de la selección española después de ver su nombre salpicado y denunciado por una menor". Aunque aseguró respetar la presunción de inocencia, dejó clara su postura: "Si me preguntas, yo estoy del lado de la víctima".
Finalmente, ni De Gea ni el resto de futbolistas que aparecían en la investigación (Muniaín primero, y más tarde Isco y Javi Martínez) fueron imputados. Dos años después, el jugador del Manchester United ha dejado claro públicamente que sigue molesto con las declaraciones pasadas del actual presidente.
Sánchez habló con el portero en privado
Tras el acto protocolario, consciente del malestar de De Gea y de la repercusión que había tenido su gesto, Pedro Sánchez habló con el guardameta en privado, para limar asperezas y solucionar el conflicto. Así lo confirmó Luis Rubiales, presidente de la Federación Española de Fútbol, en los micrófonos de 'El Partidazo' de la Cadena Cope:
"El lío con De Gea se ha resuelto bien. Pedro Sánchez ha estado cercano y cariñoso, ha hablado con él y le ha dicho que se alegraba de que todo se hubiera resuelto bien. Ha demostrado humildad".
También preguntaron a Rubiales por la actitud de Gerard Piqué, que apenas aplaudió un par de segundos las palabras del presidente. Sin embargo, negó que hubiera habido algún problema entre Sánchez y el central del Barcelona. Sea como fuere, lo que está claro es que el segundo acto oficial de Pedro Sánchez al frente del Ejecutivo no fue todo lo cómodo que se esperaba.