Dani Alves continúa ingresado el módulo 13, dedicado a presos con delitos contra la libertad sexual, de la prisión de Brians 2, en Sant Esteve Sesrovires. El futbolista, que sigue con su proceso de adaptación al régimen presidiario, está acusado de violar a una joven de 23 años el 30 de diciembre en la discoteca Sutton de Barcelona.
Sobre su vida en prisión, La Vanguardia publica que "no hay trato de favor ni medidas excepcionales" con Dani Alves, quien comparte celda con Coutinho, que fue guardaespaldas de Ronaldinho y portero de algunas salas de fiesta en Barcelona.
Sobre su relación el con resto de presos, el brasileño les habría expresado que aceptará "lo que venga". "Me fui de casa con apenas 15 años. He superado en mi vida situaciones muy difíciles y complicadas. Esta será una más que pasará. No me asusta nada", habría asegurado en la prisión.
No está dando muchos más detalles sobre lo que pasó en la noche del 30 de diciembre y prefiere mantener silencio cuando le preguntan por la presunta violación, expresando únicamente que se trataron de relaciones sexuales "con el consentimiento de la mujer", lo que, sin duda, será su estrategia de defensa.
El brasileño cambió de versión hasta en tres ocasiones. Al principio dijo que no la conocía, después reconoció que sí se vieron, pero que no pasó nada. Después de comprobar que había pruebas donde aparecían ambos juntos, no le quedó más remedio que afirmar que sí tuvieron relaciones sexuales, pero que fueron consentidas.
Sobre las diferentes versiones que ha dado Alves desde que se conociera la denuncia por agresión sexual, su abogado Cristóbal Martell ha defendido en Antena 3 que fue porque el jugador tenía "miedo de revelar en público que le había sido infiel a su mujer".
¿A qué pena se enfrenta?
Dani Alves se enfrenta a un presunto delito de agresión sexual. Tras la última modificación legislativa por la ley del 'solo sí es sí', las penas oscilan entre los cuatro y los doce años de prisión cuando la agresión consista en acceso carnal por vía vaginal, anal o bucal.
Hay que tener en cuenta que si hay agravantes esa pena sube, es decir, si se demuestra que hubo violencia, como relata la víctima en la denuncia, la horquilla de penas iría de los siete a los quince años de prisión.