Daesh ha emitido un comunicado a través de la agencia de noticias Amaq, vinculada a la organización terrorista, en el que reivindica la autoría del atentado perpetrado contra un mercadillo navideño en Berlín, el cual ha dejado 12 muertos y 48 heridos.
El grupo dirigido por Abu Bak al Baghdadi ha confirmado que el conductor que del camión que se empotró contra el mercadillo era un "soldado del califato", el cual actuaba "en respuesta a los llamamientos a atacar a los ciudadanos de los países de la coalición internacional". Dicha unión está formada por alrededor de 50 países, encabezados por Estados Unidos, que combaten las filas del Daesh en Siria e Irak.
El camión irrumpió en el mercadillo navideño de la capital, situado cerca de la Iglesia Memorial Kaiser Wilhelm, asesinando a doce personas e hiriendo a 48, de las cuales 18 se encuentran en estado grave. Según fuentes policiales, un hombre secuestró el camión y mató al conductor de nacionalidad polaca, cuyo cuerpo fue encontrado en la cabina del camión.
Por otra parte, el sospechoso detenido tras el ataque, un solicitante de asilo paquistaní, fue puesto en libertad. El hombre fue detenido horas después del atentado. La fiscalía tenía un día de plazo para enviar a prisión al sospechoso, pero finalmente fue liberado debido a la falta de pruebas para inculparle.
Ya son tres los ataques con vehículos reclamados por la organización terrorista. Después del ataque de Niza, cuya violenta acción costó la ida de 84 personas, el Daesh se atribuyó el atropello de Ohaio, donde un estudiante llamado Abdelrazak Ali Artan, arrampló contra varios jóvenes, acabando con la vida de 11 personas.
Incertidumbre para Alemania
El atentando llega en una fecha negra para el país. Aparte de haber sido perpetrado en una festividad tan señalada como es la Navidad, hay que recordar que se aproximan las elecciones del país, el cual se encuentra amenazado por la presencia de la ultraderecha.
Este atentado abre la veda una vez más sobre la crisis de los refugiados, y es utilizado como excusa por los grupos más radicalizados, que aseguran que es culpa de la política favorable de Merkel a la apertura de fronteras.
Aún así la canciller Alemana ha recibido el apoyo de personajes de relevancia, como el presidente de Francia, François Hollande, y el aún presidente de los Estados Unidos, Barack Omaba. "Los franceses sabemos la importancia que tienen estas muestras de apoyo en las horas sombrías", afirmaba Hollande, en alusión a los atentados terroristas sufridos por su país. Así mismo, ambos presidentes han acordado "la plena movilización de los servicios de seguridad franceses y alemanes para luchar contra la lacra del terrorismo y aplicar las medidas que se decidan a nivel europeo".