En enero de 2017, Ana Marín, una mujer tarraconense de 43 años, empezó a notar un dolor fuerte en la zona abdominal. Ella, preocupada, decidió acudir al hospital para saber si podrían, al menos, calmar la situación.
Pero cuando llegó allí, en seguida pasó a quirófano: "estás de parto", le espetó el médico. Ella se quedó estupefacta: "si no me hubiera pasado a mí, no me lo creería", ha llegado a asegurar al diario El País.
Al parecer, Ana había experimentado ciertas molestias, cambios de humor y el corte del período; pero todo lo había atribuido a una premenopausia. Había acudido a su puesto de trabajo, donde realiza labores de limpieza y mantenimiento, con normalidad y no notó ningún tipo de malestar que le llevara a ausentarse de su puesto de trabajo.
Ella sigue asegurando que no experimentó nada que le llevase a pensar que podría estar embarazada. Sin embargo, cuando a primeros de enero empezó a encontrarse tan mal que prácticamente no podía ni andar, su conclusión y la de su entorno fue que padecía un cólico de riñón.
Asustada, acudió al Hospital Joan XXIII de Tarragona donde le hicieron un TAC y le aseguraron que el riñón estaba perfecto: lo que le sucedía es que estaba en pleno parto.
"Pensé que la niña debía de ser muy pequeña para que yo ni siquiera engordase", ha asegurado Ana, que ya era madre de dos hijas más. La criatura, de nombre Paula, nació con un peso de 1,9 kilos y un tamaño de 43 centímetros, por lo que tuvo que pasar unos días en la incubadora.
La madre, que comenzó a escuchar de forma inesperada el llanto de la niña, pronto reparó en que no disponía de ropa ni cuna para su hija. "Yo solo me puse a reír", confiesa su marido.
Sin embargo, la familia cuenta con dificultades económicas y la situación le ha provocado más de un quebradero de cabeza. El único sueldo que entra con regularidad es el de la madre y los gastos inesperados que deben de afrontar, hacen que la situación sea, cuanto menos, complicada.
Por ello, ha sido imprescindible la solidaridad de la gente, que ha ayudado a Ana y a su familia a disponer de ropa, cuna y cochecito para la niña, de forma que han podido aligerar de manera importante la carga económica.
Mientras tanto, su hija se encuentra en muy buen estado. Y todo ello, sin que su caso sea inédito: en 2013, durante la verbena de San Juan en la playa de Vlencia, una joven de 20 años tuvo que ser atendida por una ambulancia de la Cruz Roja, puesto que se encontraba indispuesta. Y sí, allí dentro termino dando a luz a su hijo. Una noticia con la que no contaba.