En un nuevo caso de discriminación en la Iglesia católica, Connor Hakes, un joven americano residente en Indiana, ha denunciado en su Facebook que el cura de la parroquia donde se celebrará el funeral de su abuela le ha prohibido cantar en el mismo por su "estilo de vida homosexual", según recoge Gay Times.
Hakes quería honrar a su abuela, a quien estaba muy unido, en su funeral cantando una canción, pero el cura ha decidido impedírselo. En una carta que ha enviado a su casa, el párroco ha explicado que no puede dejar que alguien que "tiene relaciones con personas del mismo sexo o las apoya abiertamente" sirva en su iglesia. Afirma que tampoco lo permitiría que lo hiciera alguien "que se haya divorciado y vuelto a casar, que haya apoyado el derecho al aborto".
El cura ha añadido que esto no significa que la iglesia no acoja a personas de la comunidad LGTB, pero que si ofrecieran servicios en la iglesia seria un "escándalo". Afirma que "muchos asistentes a la parroquia han declarado abiertamente sus intenciones de llevar un estilo de vida homosexual y van a misa todos los domingos".
También ha sugerido que Connor cante la canción en el cementerio o durante el almuerzo, "siempre que sea fuera de la iglesia". Pero a Connor esto le ha parecido injusto y ha decidido denunciar esta discriminación.
La Iglesia, una constante fuente de discriminación
La Iglesia católica es célebre por sus múltiples normas contra cientos de cosas: el aborto, la homosexualidad, la promiscuidad, el sexo antes del matrimonio, etc. Pero no solo los católicos están sometidos a estas reglas, sino que recientes ejemplos de distintas iglesias han demostrado que son exactamente iguales.
Hace apenas un mes conocíamos la noticia del político irlandés que fue expulsado de la Iglesia presbiteriana por votar a favor del matrimonio gay. David Ford fue rechazado por su iglesia por creer en la igualdad e intentar que su país avanzara hacia delante, pero esto no gustó a los ancianos que formaban el Presbiterio de su iglesia, que se negaron a trabajar con él.
Estos ejemplos dejan en evidencia no solo a la iglesia, sino a las religiones en general: pese a que fueron creadas hace miles de años, no tienen por qué mantener sus ideas retrógadas para siempre.