Una joven de Iowa fue sorprendida por su marido el día de su cumpleaños con una fiesta totalmente personalizada y ambientada en el universo de 'Harry Potter'. Desde la decoración hasta los dulces, no faltó ningún detalle que hayamos visto en los libros y pelis del joven mago.
Según contó a BuzzFeed después de que las fotografías de su fiesta se hiciesen virales, Corey llevó a Amanda a una cafetería, donde le dio el pack de todas las películas en Blu-ray y una varita de saúco. Emocionada, pensó que el día ya no podía ir a mejor, pero estaba totamente equivocada. Al llegar a casa, se encontró su puerta decorada como la plataforma 9 3/4 y a la lechuza Hedwig esperando pacientemente.
Una vez dentro, todo el mundo creado por J.K. Rowling se había trasladado a su salón, empezando por la comida. Pequeñas escobas voladoras hechas con palitos de galleta y bombones, una poción de la verdad y otros dulces a los que Corey llamó "besos de Dementor". Como colofón final, un pastel como el que Hagrid le hace a Harry por su undécimo cumpleaños. Esperemos que estuviese más rico que el del semigigante, que no es famoso por sus dotes culinarias.
En cuanto a la decoración, las estrellas fueron las plantas de mandrágora. Al tirar de la planta y sacarla de la maceta, Amanda descubrió que la raíz tenía, en efecto, rostro y extremidades. Para ello, su marido cortó por la mitad una Barbie y le tiñó el pelo de verde. Afortunadamente no se le ocurrió utilizar un altavoz para imitar sus gritos. Además, en las paredes colgaban carteles de Azkaban con la foto de la cumpleañera, como los que se cuelgan después de que Sirius Black, el padrino de Harry, se fugue. Todos los invitados de la fiesta obtuvieron su propia varita mágica.
En un cumpleaños que se precie, sobre todo en uno organizado con tanto amor, no pueden faltar las tarjetas y dedicatorias. Hedwig fue la encargada de traerlos en esta ocasión, y había casi tantas como cartas recibe Harry al ser admitido en Hogwarts. Cada una incluía una frase para ligar al estilo harrypotteresco, esto es, "my name may not be Luna, but I sure know how to Lovegood!" ("mi nombre no es Luna, ¡pero sé cómo amar bien!"... vale, la traducción pierde toda la gracia).
Lo más sorprendente de todo es que Corey ni siquiera se ha leído los libros, sino que investigó todo para sorprender a su mujer. Quizás de ahí que hubiese dulces con el nombre de los mortales besos de Dementores o calcomanías con la marca tenebrosa. De todas formas, se lo perdonamos, porque esto es amor del bueno.