Cheyann Shaw es una joven de 23 años que hasta hace muy poco llevaba el estilo de vida que quería llevar: iba al gimnasio, se presentaba a concursos de bikinis y preparaba su boda con su novio. Tenía un cuerpo perfecto, sin un gramo de grasa, fuerte y sano. Llevaba esculpiéndolo más de dos años.
Pero apenas un mes antes de casarse le dieron la peor noticia de su vida: tenía un cáncer de ovario, recoge Antena 3. La vida de Cheyann cambió por completo a partir de ese momento: "Ni en un millón de años me imaginé que esto me pasaría a mí, especialmente porque solo tengo 23 años, pero sé que ganaré esta batalla".
El cáncer le ha quitado muchas cosas: su larga melena rubia, la capacidad de tener hijos y su esculpido cuerpo: "Ha sido duro mirarme en el espejo, pero estoy aprendiendo a quererme de nuevo y sé que esto es temporal". Afirma, y a la vista está, que el cáncer no ha podido quitarle las ganas de luchar.
Cheyann todavía no ha superado su enfermedad y sigue acudiendo a tratamiento con quimioterapia para luchar contra ella. Desde su cuenta de Instagram muestra su valor día a día y nos hace recordar que lo importante es la actitud con la que te enfrentes a los problemas.